Diez errores en los debates
La televisión, todavía, destruye candidatos y elige presidentes. Los periódicos dan contexto, el internet desentierra esqueletos y las redes sociales destacan las tendencias de los votantes. Pero la televisión sigue dominando. Por eso la obsesión y preocupación de los candidatos presidenciales en Estados Unidos con los debates televisivos.
El próximo jueves, diez de los 17 candidatos presidenciales del Partido Republicano se van a enfrentar en el primer debate televisivo de la temporada. Quedar fuera del debate puede significar, para muchos candidatos, el fin de sus aspiraciones presidenciales. Pero los que sí van a participar -los 10 primeros según un promedio de encuestas- podrán obtener más donaciones y aguantar hasta las elecciones primarias en Iowa en Febrero. La tele hace y deshace.
Después de más de tres décadas trabajando en la televisión y de haber visto un montón de debates, estos son -para mí- los 10 errores más frecuentes de los candidatos y la manera de superarlos:
1) La audiencia que importa es la que te ve por televisión, no la que está en el auditorio donde se realiza el debate. Guiarse por los gritos, abucheos, miradas y silencios de la gente que ve el debate en vivo es una distracción. Piensa en los ojos que ven el debate por televisión. Nada más.
2) El moderador del debate no es tu enemigo. El es solo alguien que hace las preguntas y facilita la conversación entre candidatos. Basta con discutir con los otros candidatos. No te pelees también con el moderador.
3) Haz declaraciones fuertes, claras y cortas que se puedan convertir en lo que llamamos “momentos televisivos”. Esos se harán virales en las redes sociales. Nadie volverá a ver el debate completo. Pero los mejores momentos se repetirán millones de veces en celulares y la internet. (Eso logró el senador Lloyd Bentsen cuando le dijo al joven Dan Quayle: “Tú no eres Jack Kennedy.” Hoy, 27 años después de ese debate entre candidatos a la vicepresidencia, la gente todavía se acuerda.)
4) Nunca -nunca- repitas una ofensa, acusación o un insulto en tu contra. Si lo haces, ese será el titular. ¿Te acuerdas cuando el presidente Richard Nixon dijo “No soy un corrupto” (I’m not a crook)? Claro, ese fue el titular en las noticias y poco después fue obligado a renunciar.
5) Si te atacan, responde. No hay nada peor que un candidato débil que se esconde. Pero responde proporcionalmente al ataque. Y luego, regresa a tu mensaje. Esta técnica se conoce en inglés como block and circle (bloquea el ataque, dale la vuelta y regresa a tus temas).
6) El que se enoja pierde. Los optimistas ganan más elecciones que los enojados. Un candidato que pierde la compostura y el control deja de ser presidenciable muy rápidamente.
7) Nunca olvides para qué estás ahí. Piensa en cuál quieres que sea la noticia el día siguiente e insiste en tú mensaje. Otros harán lo mismo. Prepara una estrategia. Pero si de pronto las cosas cambian, hay que tener la flexibilidad y la claridad mental para adaptarte a circunstancias inesperadas.
8) Sí importa cómo te ves. La televisión es un medio totalmente visual. Tu mensaje tiene que ir acompañado de la ropa apropiada y de un lenguaje corporal muy seguro. Hay debates en que es más importante la imagen que proyectas que lo que dices. Ve a los ojos -es decir, directo a tu cámara-, afloja la lengua, relaja la cara, suelta las manos y párate bien erguido. Sonríe solo si te sale natural. No hay nada peor que una sonrisa falsa. No seas robótico. Los robots no ganan elecciones.
9) Practica. Practica. Practica. Es normal estar nervioso. Todos los candidatos -todos- se ponen nerviosos antes y durante un debate presidencial. Hay mucho en juego. Memoriza al menos cinco mensajes y cinco respuestas a preguntas que, muy posiblemente, te van a hacer. Prepara no más de 30 segundos para cada mensaje o cada respuesta. Frente a los nervios, solo la práctica ayuda. Los debates son las olimpíadas de la política: solo ganan los mejores y los más preparados.
10) Sé tú mismo. Esto parece obvio pero no lo es. La televisión es un medio absolutamente artificial. Todo es artificial: los micrófonos, las luces, el maquillaje, el set. La vida no es así. Por eso, lo más difícil en la televisión es ser natural. La televisión, además, hace grande los pequeños detalles. Así que no pretendas ser nadie más. No finjas y usa el mismo lenguaje de todos los días. La única forma de sobrevivir un debate televisivo es siendo lo más parecido a ti mismo.