Barreras para alcanzar nuestras metas
Por: Juliana Henao
Es frecuente plantearse metas con la convicción de cumplirlas, pero es también frecuente que al poco tiempo se abandonen esas metas y se generen sentimientos de frustración, ansiedad, culpabilidad y tristeza, creándole pensamientos de que se es un fracasado y que no existen posibilidades de alcanzar lo que se quiere y desea, o que definitivamente se nació con mala suerte.
Una gran mayoría de las veces, no es que la persona sea incapaz, o no tenga el deseo. Lo que sucede es que utiliza las herramientas inadecuadas, o en el peor de los casos no utiliza ninguna herramienta. A continuación se enumeran algunos puntos de porqué no se cumplen las metas.
-La meta planteada inicialmente no corresponde al deseo interno de la persona. Se establece la meta para responder a las exigencias de un ser querido, para quedar bien en determinado círculo social o simplemente porque está de moda. Ejemplo: Tener un cuerpo escultural. Puede ser una meta influenciada por los medios de comunicación y presión social y no lo que realmente se busca.
-La meta es muy general, no está claramente formulada y por consiguiente es difícil establecer actividades concretas. Ejemplo: Perder peso, pero no se específica cuantos kilos, en que tiempo y que se va hacer para lograr la pérdida de peso.
-La persona plantea la meta, pero no se enfoca en ella. Ejemplo: La persona quiere perder peso, pero también aprender un nuevo idioma, aprender a nadar y quiere además aprender a jugar baloncesto. Cada meta requiere energía y cuando se hacen muchas cosas a la vez la energía se dispersa.
-Se buscan resultados rápidos. No se reconoce que para ver resultados es importante cambiar hábitos y actitudes, establecer una disciplina, utilizar estrategias y modificarlas se no se ven resultados. Ejemplo: Se quiere perder 10 kilos en una semana, pero se continúa comiendo igual, no hay cambios en la alimentación diaria, no se realiza ninguna actividad física y cuando se realiza no es a diario, se hace ocasionalmente.
-No se busca ayuda. Aunque se tenga la meta clara, puede ser que se necesita la ayuda de un tercero para lograrla. Ejemplo: Después de muchos intentos aún no se ha perdido peso, quizás la persona tiene alguna condición fisiológica que requiere la atención de un médico, o posiblemente hay un problema de autoestima y es necesario la intervención terapéutica. También puede darse el caso de que no se está siguiendo una rutina eficaz de ejercicios y sea necesario la ayuda de un entrenador personal o la participación en un grupo de ejercicios.
-Se tiene una lista infinita de excusas de porque no se alcanzan las metas. Ejemplo: No tengo tiempo para hacer ejercicio, la subscripción a un gimnasio es costosísima, las personas delgadas son personas vacías y superficiales, por eso yo no pierdo peso. Mi pareja prefiere los gorditos. Yo nací así. Ya estoy muy viejo o muy vieja para eso, dejémoselo a los jóvenes. Yo ya acabé mi vida.
-La situación actual de una persona, no define quien es esa persona en esencia y cada uno tiene el potencial de alcanzar las metas propuestas. La idea no es juzgarse, es hacer un análisis de por qué no se alcanzó la meta, empezar a utilizar las herramientas adecuadas, buscar ayuda y comprometerse con la meta. Y recuerde haga cada día lo mejor que pueda hacer.