Cuando la vida no te sonríe
No siempre la vida te sonríe y cada día en vez de ser una nueva oportunidad pareciera más bien una agonía lenta que poco a poco se va llevando tu aliento y tu deseo de vivir.
¿Qué hacer entonces en estos momentos cuando sientes que te han quitado todo, que te sientes tan vacío y desolado que no encuentras consuelo en absolutamente nada?
Aceptar tu vulnerabilidad, aceptar tu presente, quizás la situación actual pareciera que no tiene solución, pero siempre hay una solución, no tal vez la que tu quieres o piensas que debe ser la correcta, pero siempre hay una salida a cualquier problema.
El aceptar tu realidad inmediata, permita que sientas paz aún en medio del dolor, y esa paz puede llevarte a poder pensar de una manera diferente, a ver tu situación desde una perspectiva que quizás antes no te hubieras siquiera imaginado que pudiera existir.
El aceptar tu situación te permite ver que no eres culpable de lo que sucedió, y te sales del papel de la víctima que no puede hacer nada, para asumir el papel de ser responsable, por supuesto no podrás cambiar tus decisiones del ayer, o borrar esos malos recuerdos, pero podrás empezar a tomar decisiones en el hoy que te podrán llevar a realizar los cambios que deseas.
Siempre tendrás la oportunidad de ahogarte en tu llanto y hacer la vida de los que amas miserable o podrás empezar a generar cambios en tu vida.
El aceptar y el hacer responsable son dos acciones que se hacen paso a paso, sin prisa. Cada día que logres estar en paz y tomar decisiones sin culpar a nadie, son una victoria.
Posiblemente habrá días en donde sientas que retrocediste. Sin embargo, vale la pena intentarlo una, dos, tres y hasta 100 veces más.
Pasar de víctima a responsable puede ser una tarea un poco complicada, pero no imposible, solo requiere de tu deseo de hacer cambios, de vivir mejor.