Desorganización mental
Por: Juliana Henao
Quizás tu como yo tenemos ese amigo al que amamos mucho, que es buena gente, todo el mundo lo reconoce, generoso, servicial, siempre tiene buenas intenciones, pero también siempre llega tarde o peor aún no llega, se le olvidan los encargos, siempre anda apurado, nunca llegó a la fiesta de tu cumpleaños, el día de tu boda se fue para otra iglesia, en el funeral de tu padre llegó con serenata porque pensó que era una fiesta… Y tú sabes que es tu amigo de verdad, pero también sabes que definitivamente no puedes contar con él, y aunque tiene muchas cualidades y virtudes tiene un problema y es la desorganización mental.
A todo lo dice que sí, tiene mil cosas por hacer y nunca tiene tiempo de disfrutar una comida o un café.
Y es que la desorganización mental puede ser más común de lo que creemos y aunque no es una enfermedad, no es propia de cierto grupo de personas, no está asociada con traumas infantiles o carencias, incluso no tiene que ver con la falta de educación o el exceso de estudio muchas personas la tienen.
Si bien existen condiciones médicas que pueden causarla, y que requieren la ayuda profesional, la mayoría de las ocasiones está asociada a malos hábitos adquiridos con el tiempo., y con la falta de atención.
¿Qué se puede hacer entonces para empezar a organizar la mente?
Primero prestar atención, la desorganización mental causa agotamiento, improductividad y confusión.
Romper el hábito de la distracción requiere gran disciplina y continuidad, como la mente está acostumbrada a patrones de distracción, empezar a ejercitar la atención puede ser exhausto, pero con la práctica día a día es posible. Prestar atención a lo que piensas, sientes, a tu postura física, a tus reacciones. A estar más conscientes de sí mismo, de la respiración.
El prestar atención a sí mismo permite entonces concentrarse en el aquí y en el ahora, se empieza entonces a construir la serenidad. Al estar la mente percibiendo tranquilidad, los pensamientos empiezan entonces a aparecer en orden con suavidad, no como torbellinos, sino que van pasando poco a poco como una especie de presentación en power point.
Otra ayuda un poco más práctica es escribir o dibujar. Se pueden escribir todos los pensamientos que llegan a la mente en la forma en que aparecen, o dibujar lo que la mente está percibiendo, luego tomar una hoja en blanco e ir escribiendo o dibujando por separado todas las ideas ayuda a organizar la mente.
El siguiente paso es empezar a desechar lo que realmente no funciona como se hace cuando se está organizando una casa, empezar a tachar pensamientos que ya no tienen razón de ser, los que son muy repetitivos, dejar uno solo. Esta tarea podría tomar un buen rato entonces se sugiere hacerlo sin apuros.
Al ir organizando los pensamientos en el papel, la mente va organizándolos y así de poco a poco se va logrando la serenidad y la organización mental poco a poco.
El tener una mente organizada y clara, ayuda no solo a un mejor bienestar físico y relajado, sino que ayuda a construir buenos hábitos, a disfrutar la vida, a ser más asertivos al momento de tomar decisiones y ser más puntuales con los compromisos del diario vivir.