Los modales
Por: Juliana Henao
El ser humano es un ser social por naturaleza, pero varios factores influyen para que la convivencia con los otros sea o no una experiencia agradable Uno de esos factores son las buenas maneras.
Las buenas maneras o las reglas de etiqueta se pueden establecer en diferentes categorías: Modales sociales, donde la persona interactúa con los otros de forma cortes y respetuosa. Los modales en la mesa o al momento de comer.
Los modales en eventos especiales como celebraciones religiosas, políticas o militares. Los modales en el mundo de los negocios, que varían de acuerdo a cada cultura, y recientemente los modales en el uso de la tecnología como el envío de mensajes de texto, correos electrónicos, y todo lo referente a los medios sociales de comunicación.
El primer lugar donde se aprenden los buenos modales es en casa y en la práctica diaria con los familiares y amigos cercanos.
El reconocido Instituto Emily Post en Estados Unidos por su enseñanza en etiqueta dice las palabras mágicas no solo son para los niños. Decir por favor, gracias, de nada, disculpe y lo siento. Son palabras de poder que generan espacios de convivencia armónica y positiva.
La palabra por favor es la palabra cordial más universal de todas, implica una colaboración por parte del otro en vez de dar órdenes e imponer.
Dar las gracias es el acto de reconocer y mostrar apreciación por los actos de servicio que se reciben por parte de los otros, que lo hacen de manera voluntaria y con agrado.
Por ejemplo, la madre o el padre que se levantan unas horas más temprano a preparar el desayuno; la señora que atiende en el supermercado; el señor que trabaja en la recepción y ofrece toda la información solicitada. El compañero de clases que ofrece su casa para estudiar para el examen final.
Disculpe: Expresa el conocimiento propio de que se ha incomodado o alguien. Se utiliza cuando involuntariamente se interrumpe una conversación, cuando no se entiende algo y se pide que se repita, cuando se tropieza accidentalmente con alguien, cuando se necesita más tiempo.
Decir “lo siento”, es tomar responsabilidad de las acciones. Si bien es cierto, muchas personas utilizan deportivamente la expresión, cuando se dice lo siento honestamente puede ser bastante confortable y abrir las posibilidades de diálogo, además de facilitar la conversación para encontrar soluciones.