Ofrecer disculpas
Por: Juliana Henao
¿Quién alguna vez no ha olvidado el cumpleaños de su mejor amigo, o se ha enfadado con su pareja, o ha discutido con su hermano, o ha gritado a sus hijos?
Todos en algún momento le hemos fallado a alguien. Y es que por más que nos esforcemos en el arte de tener relaciones personales sanas, a veces nuestra propia vulnerabilidad nos lleva a equivocarnos, nuestra humanidad hace que no nos llevemos bien con todo el mundo, y que a veces ofendamos a alguien deliberadamente.
Pero luego nos sentimos tan mal con nosotros mismos que es el momento de ofrecer disculpas.
Ofrecer disculpas es el acto de decir lo siento, discúlpame, estoy apenado por el daño que pude causarte, lamento haberte lastimado.
Ofrecer disculpas es tomar consciencia de lo que hicimos y asumir la responsabilidad de nuestros actos.
Cuando decimos lo siento, estamos dando paso a la humildad y nos estamos dejando guiar por la sabiduría de nuestra alma. Una disculpa a tiempo puede prevenir mayores conflictos y disputas.
Cuando sea el momento de pedir disculpas ten en cuenta lo siguiente:
-Recuerda un momento cuando alguien te ofreció disculpas, y lo bien que te sentiste.
-No importa si tú tienes o no la razón, piensa en cuán importante es para ti esa persona.
-Ofrecer disculpas puede abrir el camino al diálogo, donde podrás expresar tus dudas y pensamientos de una manera más amigable.
-No pienses que al ofrecer disculpas, te estás humillando o estás perdiendo. Las relaciones personales no son un juego, son un arte que se va perfeccionando a lo largo de la vida, y cuando alguien pide disculpas todos se benefician.
-Cuando digas lo siento, que sea porque verdaderamente estás tomando consciencia de tus actos. En muchos casos, se dice lo siento automáticamente, pero no va a acompañado de un deseo de cambio.
-Ofrecer disculpas es asumir responsabilidad, no es un hábito.