Utilicemos nuestros talentos
Por: Juliana Henao
Mientras vivamos una vida donde no utilicemos nuestros talentos, vamos a deambular por ella, haciendo solo lo que necesitamos para sobrevivir, obteniendo dinero y algunas cosas que nos faciliten y nos hagan la vida más cómoda, pero vacía.
Viviendo en una eterna negación de nuestra felicidad. Se nos ha enseñado a negar y controlar nuestras emociones, no a vivirlas sabiamente, cuando no podemos separar la emocionalidad de ningún aspecto de nuestra vida, y si bien esta teoría funciono en la época de los griegos, hoy el mundo es diferente y exige de nosotros una mayor participación en todas las áreas.
Hemos aprendido a servir desde la servidumbre, pero no desde el amor. Servimos para ganar un puesto en el cielo supuestamente, para cumplir con las obras de caridad y con los mandatos de la iglesia, y está bien no hay nada de malo en eso, pero se nos ha olvidado la esencia del servir, y servir desde el entendimiento y la comprensión, de la capacidad de reconocer en el otro, la potencialidad que tiene de ser mejor cada día y de aprender. De verlo como un semejante y no como un ser inferior o limitado.
El reconciliarnos con nuestros talentos, empezar a programar nuestra forma de pensar diferente a lo que estamos acostumbrados, en el momento en que nos reencontrarnos con lo que queremos de verdad.
Dejar de mentirnos a nosotros mismos nos ayuda a pasar de la subsistencia a la vida. A vivir la vida intensamente.
A ser felices, pero eso solo lo logramos cuando ponemos en coherencia nuestro pensar, nuestro decir y nuestro hacer. Y de esa manera también podremos servir, ayudando a otros a encontrar también una forma más alegre de vivir la vida.
Las siguientes preguntas te servirán de guía para darte cuenta si estás viviendo tu vida.
¿Con qué te conectas?
¿En qué momentos te sientes conectado contigo mismo?
¿Qué te conmueve?
¿Qué es aquello que te hace completamente feliz?
¿Quiero continuar mi vida de la forma en que la estoy viviendo?