Atender al Público…Va más allá que simplemente sonreír!

Por: MARIA EMILIA SALAZAR, especial para el Nuevo Georgia.
Practicar una actitud positiva cuando de atender al público se trata, va mucho más allá que simplemente sonreír.

En este espacio reflexionaremos sobre esas actitudes y habilidades que debe cultivar una persona en su pequeño negocio, en la calle, en su trabajo, para que las personas con quienes interactúa se sientan bien atendidas y sus clientes satisfechos.

En esta oportunidad quiero hablarles de Rosa Jordan, quien trabaja en una empresa distribuidora de productos para el bienestar y salud en el área de Atlanta, por más de 10 años.

Entre conversa y conversa, ella despacha, atiende y entretiene a todo el mundo. Eso sí, “al que llega primero se le despacha primero. Y si alguien tiene prisa, se negocia. No puedo dejar ir a un cliente, tú sabes”, comenta.

Rosita –como es conocida por todos- es auténtica, lleva años abordando con empatía a la gente que acude a comprarle. Su tienda luce limpia y ella y sus trabajadores, no poseen uniformes, pero siempre visten impecables, bien presentables.

Este podría ser un diálogo de los tantos que cada día entabla con sus clientes:
Rosita: Buenas tardes,  ¿qué le ofrezco? Busca algo en particular, en que puedo ayudarle, pase pregunte… Si no lo ve allí, pues lo podemos tener adentro.
El Cliente: ¿Veamos qué tiene?
Rosita: ¿Dígame que busca: Para energía, para apetito?
El Cliente: ¡Las dos cosas! (Risas…).
Rosita: Llévese este que está ¡bien bueno!
El Cliente: Sí, se ve.
Rosita: Y puede complementarlo con este otro, es excelente. (Risas…)

Rosita se lo muestra, consulta el precio, lo coloca en una bolsa, le cobra y le desea al cliente: ¡Que todo le salga bien! ¡Vaya con Dios, amig@!

En este pequeño diálogo, Rosita nos muestra claramente lo que es la empatía. Es el acto de ponerse en el lugar de la otra persona, identificando su necesidad y orientándola para que haga la mejor compra o el mejor uso del servicio.

Para ser empático hay que saber observar, escuchar y preguntarle respetuosa y atentamente al cliente qué y cómo quiere recibir el producto o el servicio, ser amable, tener buena presencia, disfrutar de lo que hace.

Atender con empatía es saludable y ser atendido con empatía es sentir que la vida nos sonríe…

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