¿Crees que es tu momento? Hazlo, simplemente Hazlo!
Por: Maria Emilia Salazar, Especial para El Nuevo Georgia.
¿Está mal si, en medio de esta crisis, vendo mis productos o mis servicios? Esta es la pregunta del millon en los últimos días a través de diferentes canales. Y, sin dudarlo, es “No veo problema”.
El mejor momento para comenzar ese Proyecto es ahora, despojate de los miedos, liberate de las creencias limitantes, diles no a quienes dudan de ti.
Sin embargo, como este es un tema álgido, que provoca mucha polémica, vamos a desmenuzarlo.
Porque, si bien la vida cotidiana que teníamos antes de la pandemia global y del confinamiento es distinta a la del presente, a la de hoy, el mundo no dejó de girar, la vida no se terminó. Está bien vender, en especial si aquello que les ofreces a tus clientes es algo que les ayuda a que este período sea menos caótico, les ayude a ser mejores personas, ¿entiendes?
En otras palabras, si lo que quieres vender es una simple baratija, uno de tantos objetos brillantes que pululan en internet, lo más probable es que la respuesta del mercado no sea la que esperas. No solo no te comprarán, sino que además te señalarán, te etiquetarán como una marca oportunista, desagradable, y te castigarán con su indiferencia: te vetarán y lo promulgarán a los cuatro vientos.
En cambio, si eso que ofreces, bien sea un producto o un servicio, le aporta valor a tu cliente, ¿por qué no ofrecerlo? La clave está en aportar valor, es decir, aquello que contribuya a enriquecer a esa persona desde el conocimiento, el desarrollo de nuevas habilidades, la reflexión, la información veraz, la transmisión de valores y principios que estén en concordancia con los suyos.
Lo que muchos no han entendido de esta situación es que las marcas, y no solo las grandes marcas, sino también las marcas unipersonales como tú o como yo, se convirtieron en el referente para la sociedad. Sí, aunque se antoje irónico, el ciudadano común y corriente posó su mirada en las marcas debido a la ausencia de una respuesta adecuada.
No olvides que antes de que estallara esta crisis producto del coronavirus el mundo estaba agitado, convulsionado en varios puntos. Ese es un sentimiento que no ha cambiado, solo que por cuenta del COVID-19 se transformó, adoptó otras manifestaciones en especial por el confinamiento que impide las movilizaciones. Sin embargo, a través de las redes sociales, principalmente, el inconformismo continúa y, en medio de una aterradora incertidumbre, de un desolador día a día, de un futuro que produce miedo, la gente busca respuestas.
Y como no las encontró en la fuente natural, volteó la mirada a las marcas, sus otros referentes. y, por supuesto, algunas estaban preparadas para dar la respuesta adecuada y otras, la mayoría, reaccionó de manera instintiva y solo atinó a vender. Son las mismas que, cuando se supere esta situación, comprobarán que sus clientes se esfumaron, ya no son.
Como mencionaba, la desconfianza reinaba en el ambiente desde antes de que explotó esta burbuja del COVID-19. De hecho, es un fenómeno que se ha incrementado en los últimos años y en el que internet, por cuenta de los payasos digitales, de los vende húmo, se ha convertido en protagonista. Ellos son los responsables de que el público general desconfíe de los beneficios de la red.
El panorama para el consumidor es muy oscuro, porque no tiene en quién confiar.
Moraleja: los actuales tiempos, tiempos de crisis, son para ofrecer soluciones efectivas, para proteger y colaborar, informar con veracidad y empatizar, educar y conectar (interactuar). La respuesta de una marca en la crisis determinará la decisión de compra en el futuro. Sí, vende, pero solo si aporta valor.
Comentarios, Sugerencias e Informacion
Maria E. Salazar: 770-695-1325/678-431-9901