Importancia de la Comensalidad
Por: MARIA EMILIA SALAZAR, especial para el Nuevo Georgia.
Me pareció importante abordar este tema porque me ocurrió, que pagando el ticket del estacionamiento en un parking, la cajera que me cobró aun comía. Trataba de tapar su vianda llena en las tres divisiones, con la misma bolsa donde la traía. Me atendió rapidito, con una postura encorvada como tratando de ocultar la acción. Aun masticando los alimentos, pudo decirme que eran veinte dólares, y luego me dio el cambio.
Este es uno de los ejemplo del fenómeno de las nuevas formas de comensalidad que vemos a diario y por ello me propuse indagar un poco más.
Entendida la comensalidad como ese momento en que se sienta la familia a compartir una comida o bebida alrededor de la misma mesa y que tiene una función catártica, de integración y hasta de negociación porque en ella se hacen continuamente las relaciones que sostienen la familia, la relación entre amigos o compañeros de trabajo.
La mesa, antes que a un mueble, remite a una experiencia existencial y a un rito. Es el lugar privilegiado de la familia, de la comunión y de la hermandad. En ella se comparte el alimento y con él se comunica la alegría de encontrarse, el bienestar sin disimulos, la comunión directa que se traduce en los comentarios sin ceremonia de los hechos cotidianos, en las opiniones sin censura de los acontecimientos de la crónica local, nacional e internacional.
Los alimentos son algo más que cosas materiales. Son sacramentos de encuentro y de comunión. El alimento es apreciado y es objeto de comentarios. La mayor alegría de quien cocina es notar la satisfacción de los comensales.
Y se ha ido sustituyendo por otras formas de relación” enumerando entre otras razones, la vida en las ciudades dormitorios y los múltiples trabajos o roles que tienen los miembros de la familia a quienes les toca comer fuera.
Las familias a veces comen juntas, solo en el desayuno del día sábado o del domingo, y muchas veces, aun estando en casa, se prefiere comer frente al televisor que compartir ese momento con otra persona del grupo familiar.
En el trabajo, sabemos que el tiempo no se toma como un período de descanso, porque además de ser muy breve, son interrumpidos por los superiores o compañeros para preguntar algo, pedir una firma, dar alguna orden. Estas interrupciones que dificultan la buena asimilación de los alimentos.
El contexto a la hora de comer es tan importante como el tiempo y el alimento que se come y todos en la organización deben velar porque el espacio destinado a la ingesta brinde la comodidad, privacidad, higiene y bienestar deseados. Y si la persona trabaja por su cuenta, también está invitada a respetar ese tiempo de nutrirse evitando hacerlo en la vía pública y mientras trabaja.
La recomendación para rescatar la esencia de la comensalidad es “resignificar” su importancia para la convivencia, el bienestar familiar y laboral. “Y si en casa no coincidimos con las comidas, entonces se busquemos el tiempo para tomar juntos el café u otra bebida y llegar con la mejor cara al trabajo”, concluimos ambas, poniendo en práctica nuestro principio: Cuídate y auto-motívate.
Por eso, importa reservar tiempos para la mesa en su sentido pleno de la comensalidad y de la conversación libre y desinteresada.
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María E. Salazar: 770-695-1325/678-431-9901
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