¿Y quién cuida al líder en tiempo del COVID 19?
Por: María Emilia Salazar. Especial para El Nuevo Georgia
El Líder requiere de nuevas competencias para afrontar el caos, ante la amenaza por el rápido contagio y consecuencias sin precedentes que nos está dejando (COVID 19) y el impacto que viene haciendo en nuestra salud, economía, educación, nos están obligando a adoptar “de golpe” prácticas ajenas a la naturaleza social del ser humano, que a su vez, nos están invitando a mirar de nuevo la forma de relacionarnos, en la vida y el trabajo; en el servicio y en la convivencia.
El cese o disminución de las operaciones industriales y comerciales como las conocemos, (fábricas, vuelos, servicios de hospedaje…) la suspensión de clases, de eventos públicos, de reuniones y el encierro obligado recomendado a nivel global, son algunas de las medidas para evitar la propagación.
Así que entre las nuevas prácticas que se están masificando están: trabajar desde casa, hacer más compras por e-comerce u otros canales digitales, el teletrabajo, estudiar a distancia; saludar sin besar, sin abrazar, sin tocar…
Las compras nerviosas, acceso controlado a establecimientos que satisfagan las necesidades elementales para sobrevivir; otros colapsados como hospitales y clínicas.
También, se suma, la preferencia de despachar vía “delivery” en vez de cara a cara; la necesidad de automatizar procesos y/o sustituirlos por androides. Y el cliente, demandando inmediatez, empatía, consideración y la misma atención en los diferentes canales en que se comunica.
¿Y quién cuida al líder en tiempo de COVID 19?
El líder se sobredemanda ante las nuevas exigencias para atender a su gente; termina descuidándose a sí mismo. Y desde allí se comienza mal.
Lo ideal es incorporar prácticas relacionales, claves para poder afrontar los desafíos personales, profesionales y del negocio en equipo.
Me Cuido: Porque no se puede dar lo que No se tiene, y aunque parece contradictorio: mientras más desafiante es el contexto; más tenemos que cuidarnos.
Te cuido: El trabajador, cada integrante del equipo, cuando sienten ese deseo genuino de sus líderes y de la organización de cuidarlos en una situación difícil, la valoran más.
Sí, además de acciones concretas inherentes a los incentivos que se puedan ofrecer para su seguridad personal, atención médica, transporte, bonificaciones, se incorporan prácticas de vinculación que permitan conocer sus realidades, su lado humano y situación que les está tocando vivir; la mayoría se van volviendo -o consolidando- como aliados y se va generando lo que yo llamo una “onda expansiva” que abre las puertas a la confianza y la colaboración tan oportunas en un contexto complejo.
Nos cuidamos: Cuando ya se comienza a mostrar el poder de la vinculación, en el acto de co-crear espacios de colaboración para definir una ruta, objetivos nuevos a partir de la situación real, amenazas y oportunidades con empatía total hacia los clientes, en un ambiente de hospitalidad y respeto; comienzan a surgir nuevas posibilidades y el compromiso genuino sin premios y sin castigos.
Sin duda, todo comienza con la apertura de la mente, del corazón y de la voluntad.
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Maria E. Salazar: 770-695-1325 / 678-431-9901