Cuando la discriminación pesa más que los aportes económicos de los inmigrantes

Maribel Hastings/Asesora de America’s Voice
Mientras miles de empleados federales son despedidos y miles de inmigrantes son deportados, las aportaciones económicas de esos inmigrantes que Donald Trump remueve se hacen más necesarias mediante sus pagos de impuestos federales, estatales y locales, y sus contribuciones a la solvencia de programas vitales como el Seguro Social y el Medicare.
La suma de desempleados, la eliminación de los recursos económicos que proveen los inmigrantes y la escasez de mano de obra en industrias clave debido a las deportaciones, no auguran buenas noticias para nuestra economía. A eso súmele la guerra arancelaria iniciada por Trump y la inflación y escasez de productos que puede generar. Sin olvidar que Trump quiere financiar su maquinaria de deportaciones indiscriminadas con recortes a programas vitales como Medicaid y cupones de alimentos, entre otros, como denuncia America’s Voice en su nueva campaña ¿A qué costo?
La campaña busca presionar a los congresistas para que rechacen los recortes a importantes programas de salud, alimentos y seguridad pública con los que Trump quiere pagar por la separación de familias.
Trump ofreció el martes un largo y desconcertante primer discurso plagado de mentiras ante una sesión conjunta del Congreso. Como se esperaba, solamente se refirió a los inmigrantes en el contexto de criminales, pandilleros y narcotraficantes.
Y promovió su “tarjeta dorada” para inversores diciendo que los 5 millones de dólares que cuesta traerá dinero para pagar la deuda nacional, como si los inmigrantes en Estados Unidos, con y sin documentos, no aportaran nada a la economía.
Esto evidencia que su cruzada antiinmigrante se basa en la discriminación contra personas de color pues, de lo contrario, un verdadero empresario no desecharía los miles de millones de dólares que esos inmigrantes sin documentos aportan anualmente a la economía del país. El sentido común sugiere que legalizar a esa mano de obra sería todavía más beneficioso para la economía, pero el racismo pesa más que la lógica en esta administración.
Las cifras hablan por sí solas. Trump, por ejemplo, revocó el TPS para más de 300,000 venezolanos y medio millón de haitianos. Otros grupos amparados por el programa que ofrece protección de la deportación y permisos de trabajo, están en la mira de Trump.
De hecho, tres organizaciones y cuatro beneficiarios de TPS presentaron una demanda en Massachusetts contra el DHS señalando que las decisiones de abrogar el TPS son motivadas por “discriminación basada en la raza, la etnia y el país de origen” de los beneficiarios, reportó Univision.
Según el American Immigration Council, “solamente en 2021, los beneficiarios de TPS contribuyeron con más de 2,200 millones de dólares en impuestos, incluidos casi 1,000 millones a los gobiernos estatales y locales. También tuvieron un poder adquisitivo de 8,000 millones de dólares, que apoya a innumerables negocios estadounidenses cuando se gasta en artículos como comestibles, cortes de pelo o renta”.
Otro grupo en riesgo son los Dreamers amparados por DACA. Según un análisis de Boundless Immigration, “los beneficiarios de DACA contribuyen con un estimado de 1,700 millones de dólares anuales en impuestos estatales y locales, incluyendo ingresos personales, ventas e impuestos a la propiedad”. También “aportan 2,100 millones de dólares al Seguro Social y Medicare cada año”.
Y, en general, todos los indocumentados inyectan miles de millones de dólares anuales a la economía. “Sólo en 2022, los hogares de inmigrantes indocumentados pagaron 46,800 millones de dólares en impuestos federales y 29,300 millones de dólares en impuestos estatales y locales. Los inmigrantes indocumentados también contribuyeron con 22,600 millones de dólares al Seguro Social y con 5,700 millones de dólares a Medicare”, según el American Immigration Council.
Es decir, Trump prometió bajar el costo de los víveres y de otros servicios a los estadounidenses, pero su obsesiva ofensiva contra los inmigrantes que reduce dramáticamente la cifra de contribuyentes a las arcas del gobierno y elimina mano de obra en sectores económicos vitales, como la agricultura, tendrá el efecto contrario.
Resta por ver si, una vez las políticas de Trump lastimen sus bolsillos y su calidad de vida, a sus fieles seguidores se les cae la venda de los ojos. O si su prejuicio pesa más que el bienestar económico de sus familias y del país.
“Estados Unidos está de vuelta”, declaró Trump. De vuelta a la ignominia.