¿Cuándo seremos un arma de defensa?
Por Teodoro Maus:
Ya está sucediendo. Ya comienzan a escucharse lápices y plumas, papeles-copia y papeles-recibo, papeles-forma, formas de papel y, por encima de todo, el olor de la angustia del que podría -o no- alcanzar el más añorado de los premios, la presidencia de los Estados Unidos.
No vale llegar en segundo lugar, aquí si es “el todo o nada”, o los mega millones gastados a manos llenas quedan ahora en las arcas del ganador, a su disposición individual, para saldar las deudas, sobre todo políticas, encubiertas como compromisos adquiridos en el infinito negociar entre ejecutivo y legisladores, presidente y senadores, senadores y representante y así infinitamente.
Y así quedamos por otros cuatro u ocho años, nosotros, la comunidad latina, como simples espectadores, una vez más como piezas de ajedrez, colocadas para el gusto o disgusto de los que manejan nuestros destinos.
Y lo triste de esta odisea es que tanto senadores como representantes, tanto demócratas como republicanos, nos van a usar como pelotitas de futbol. Vamos a ser otra vez utilizados en distintas formas, ya sea como ejemplo de lo terrible que sería permitirnos la entrada al paraíso del Norte, o como banderola que lee “ESTAMOS Y NO NOS VAMOS.”
¿Qué harías tú? Que haría yo, si para permitirnos habitar, para permitirnos trabajar, para permitirnos estudiar, el “rubio” nos exige que le entreguemos el resto de nuestra familia, porque el sabrá manejarla mejor que nosotros, según el. Y eso es lo que estamos viviendo cotidianamente, es más, nosotros mismos entregando a nuestra prole, con la esperanza de que este si sea “decente”, “comedido” y con la esperanza de que nuestro sacrificio casi Azteca nos lleve a ese escalón que se llama “un acceso a la ciudadanía.”
Y mientras rogamos, y casi de rodillas agradecemos, cualquier gesto de decencia por parte de los “patrones”, ellos en sus pláticas sociales se preocupan de que, si las cosas siguen así, pronto tendremos un estado café, un presidente que solo hablará español.
(Y los pro inmigrantes se ríen porque saben que en unos cuantos años, el idioma que vamos a hablar todos los residentes en los Estados Unidos será el Mandarín)
Pero, entre tanto– Y este es el fondo de este escrito de hoy– ¿Por qué, si se supone que el conquistador rubio (sin R mayúscula) sabe mejor que nosotros cuales son los andares en el “templo” legislativo de Washington, y él, y ellos, insisten que el partido que pierda a los latinos perderá la posibilidad de alcanzar la presidencia?, porque porcentualmente ya somos “la mayoría de la minoría”.
Sin embargo nosotros los que bien nos conocemos, sabemos que tenemos un gran defecto que hasta ahora nos ha impedido, por ejemplo, tener representantes en el congreso de Georgia, fuera de Zamarripa y Marín, dos ejemplos de lo que podría ser una comunidad solida e inteligente, pero que sin los necesarios apoyos quedaron aislados e inexistentes.
Y así como dice al principio de este escrito, los abogados –los verdaderos- así como los de cartón que van a buscar inocentes indocumentados, desesperados, para sacarles el poco dinero que aún les queda, e igualmente los notarios sanguinarios con igual sed de sangre de inmigrante, y todos ellos alimentados por la desesperación, la angustia, el dolor de nuestros mojados van a volver a recorrer el camino que ya conocen tan bien, muchos de ellos, ya cansados acercándose a los que se supone son líderes comunitarios, pidiendo se les ayude, se les guie, ya que aparte de ya no tener fuerza, tampoco les queda dinero para continuar la ruta.
Y no los podremos ayudar, porque estamos demasiado ocupados peleándonos, atacándonos, acusándonos, lanzándonos cientos de acusaciones para convencerlas que las otras organizaciones no merecen ni un segundo de nuestra atención. Y en medio del Salón que nos recibirá para auto premiarnos, nos daremos demostraciones de mutua admiración y respeto, demostraciones que ya perdieron su valor, que no compran una sola “torta” pero que si podrán servir de fondo a la cortina que en enormes letras, dirá:
YO-MI-ME-CONMIGO…. y con mi EGO me basto!
¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo tendremos la capacidad de ser una verdadera arma de defensa de nuestra gente?