De la mentira al cinismo
El mejor ejercicio para la memoria es recordar y no dejar en el olvido aquello que ha marcado parte fundamental de nuestra historia, por eso dos sucesos han sido de importante relevancia en estos últimos días, el primero tiene que ver con el estreno de la película sobre la vida de César Chávez, aquel hombre luchador por las causas de los campesinos en especial los recolectores de uva de California.
Para muchos Chávez podrá ser un cúmulo de defectos, pero lo que nadie puede decir es que, hasta el momento no siga siendo una piedra en el zapato para la clase dirigente y política de este país que de una manera soterrada han querido echar puñados de tierra sobre su legado, sin darse cuenta que han terminado con esa misma tierra en sus ojos.
La historia de Chávez está vigente y su lucha continúa, sino que lo diga Dolores Huertas, compañera de batalla y activista aun por los derechos de las minorías en el país. Un legado que la hipocresía de esta nación no podrá borrar y una huella que le seguirá pesando a quienes les gustaría que todavía las uvas de California y las cebollas de Vidalia, se siguieran cultivando con la sangre y el sudor de esa clase insignificante que no vale nada.
Y aquí es donde está el segundo suceso que ha venido a prender la chispa de esta bomba molotov llamada comunidad latina. El presidente Barack Obama, en quien muchos cifraron sus esperanzas como sinónimo de cambio, justamente porque provenía de la raza negra, una de las más vejadas en la historia del mundo y especialmente en Estados Unidos, acaba de decir que la culpa de que él hubiera ordenado más de dos millones de deportaciones, es del Congreso.
Obama con esto no solo sella una historia de hipocresía, mentiras, cinismo y poco aprecio por la comunidad que lo llevó y lo sostuvo en el poder, sino que encima de ello mira la lucha que se lleva a cabo por una reforma migratoria como algo de lo que vale la pena burlarse, sabiendo que del otro lado, los republicanos harán el mismo trabajo.
Decir que la culpa no es de él, es asumir que su responsabilidad como gobernante de la primera potencia mundial no estriba sino en la manada republicana que le ha tocado sufrir y que en general, él no es más que un escupitajo en la pared o menos que un cero a la izquierda, y a juzgar por la forma como se ha conducido el país bajo su “mandato”, las dudas no faltan.
Pero hay más. Obama ha dicho que han sido los congresistas los que han pedido más agentes para la Patrulla Fronteriza y más oficiales para labores de inmigración y por ello las cifras de deportados han subido a manera de escándalo, pero entonces ¿Quién si no él es el que está solicitando en el próximo presupuesto alrededor de 2 mil 600 millones de dólares más para deportar más personas y asegurar las fronteras?
Intentando pensar, uno puede llegar a creer que Obama se imagina a la comunidad latina como una recua desbocada de mulas en medio de un desierto que atacada por las fieras salvajes no sabe para dónde ir y en ese afán de supervivencia, no lee noticias, no entiende el idioma que se habla en la Casa Blanca, no oye sus constantes y torpes disculpas y es en resumen un bola de ignorantes a los que se puede llegar con las mismas mentiras porque al fin de cuentas nuestro coeficiente es muy elemental todavía.
Obama no solo es el responsable por las más de 2 millones 800 mil deportaciones en todo su mandando; es además el responsable de que no haya la reforma migratoria que prometió cuando ganó la primera elección; es además el responsable de que los republicanos hayan hecho con el país lo que les haya venido en gana; es el responsable de la pérdida de liderazgo frente a la opinión mundial; es el responsable de que muchos grupos terroristas foráneas hoy vean al país como una nación débil y es el responsable de que América, más para mal, que para bien, tenga que dividir su historia reciente en un antes y un después de él.
Solo nos falta esperar que cese esta horrible noche, mientras Obama termina su mandato y entre tanto, pasarse a ver la película sobre César Chávez, nos pueda mostrar un poco el camino de la lucha que se debe seguir, porque esto no va aun ni por la mitad!