¿De quién son los niños de la frontera?
Por: María Isabel Pérez
La muerte de un niño de 9 años ahogado en el Río Grande al tratar de cruzar la frontera. Las imágenes nocturnas de dos niñas ecuatorianas de 3 y 5 años que fueron lanzadas de un lado al otro del muro que separa a Estados Unidos y México.
El conmovedor testimonio de un niño nicaragüense de 10 años que desconsoladamente llora pidiendo ayuda a la patrulla fronteriza luego de ser deportado, secuestrado y abandonado. ¿Les conmueve?
Estos representan solo algunos de los últimos casos conocidos de los cientos que involucran a menores solos y su dramática travesía desde sus países hacia los Estados Unidos. ¿Quiénes son y por qué lo hacen?
Llegan por cientos, sin acompañantes, algunos adolescentes y otros tan pequeños que a penas pueden expresar quienes son, de donde vienen y mucho menos hacia dónde van. Son los niños de la frontera, esos que viajan o los hacen viajar en búsqueda de una vida mejor o de reunirse con familiares. ¿Saben a qué se enfrentan?
Muchos menores vienen con las caravanas, esas caravanas organizadas y con cierta logística que hace pensar que saben lo que hacen. Deben pasar varias fronteras, lo que indica que hay cierta permisión de los países que cruzan. ¿A estos gobiernos no les importa?
En una travesía dura, parte se hace en bus, pero también a pie. Se les agota el agua, la comida y las fuerzas. Los menores no llevan consigo más que la ropa puesta y la necesidad de ser amados y protegidos. ¿Saben lo que les espera?
Generalmente los adolescentes van solos y los más pequeños son acompañados hasta la frontera. Esto lleva a pensar que sus familiares son conscientes que al ser capturados por la patrulla fronteriza serán protegidos y de alguna manera se reunirán con ellos.
¿Pero y si no? ¿Qué pasa si quedan a merced de traficantes de personas?, Los peligros o inclemencias del desierto o la zona de tránsito?
En los últimos dos meses la cantidad de menores que llega a la frontera ha aumentado de manera preocupante.
Se estima que más de 18 mil están en poder de las autoridades americanas. De acuerdo con la ley, primero son detenidos por la Patrulla Fronteriza que debe pasarlos en el término de 72 horas al Departamento de Salud y Seguridad. ¿Qué sucede en ese tiempo? ¿Qué pasa con esos menores?
Aparentemente vienen huyendo de desastres naturales, de la violencia, y de la pandemia que ha complicado la supervivencia en sus países. ¿Pero qué responsabilidad tienen sus gobiernos en todo esto? ¿O es qué en Estados Unidos está la solución?
Las políticas de Biden más moderadas permiten ahora que los muchachos solos que se acerquen a la frontera a pedir asilo sean recibidos hasta que sus casos sean escuchados. ¿Pero y si no los aprueban? ¿Y si lo más pequeños no encuentran a sus familiares?
¿En el caso del niño ahogado en el Rio Grande, a dónde iba? quienes eran sus padres? Las niñas ecuatorianas, ¿qué hubiese pasado si al caer se hubieran lesionado? ¿Y después, les hubiese tocado caminar solas en medio de la noche? ¿Qué les hubiese pasado sino no son encontradas por la patrulla?
Finalmente, el pequeño nicaragüense que llorando clamaba ayuda porque se encontró solo y abandonado. ¿Qué hubiese pasado si no lo encuentran? ¿Qué motiva a los padres a someter a sus hijos a este viacrucis?
Muchas de estas preguntas seguramente no tendrán respuesta, pero son las mismas preguntas que muchos se hacen al confrontar una realidad recurrente que envuelven a niños que parecen no tener dueños.