Debajo de la alfombra
Sí, hay personas manejando sin licencia a las que algunos policías en sus “rutinas” diarias detienen y les preguntan ¿por qué no pueden sacar una licencia de conducir? Y cuando los latinos les dicen que porque no tienen un número de Seguro Social, éstos vuelven a preguntarles, ¿Por qué no lo sacan si es fácil? Y cuando reciben la respuesta más cerca a la realidad, entonces los bombardean con la pregunta final ¿y por qué no aplican para una visa?
Se ve a diario eh! O son, o se hacen, pero el punto no es la relativa ignorancia hacia un problema que lleva años carcomiéndose a la comunidad inmigrante, sino dejándole millonarios aportes a las ciudades y a los condados, este aporte no hace parte de las cifras que los institutos de economía revisan cuando analizan lo mucho que intervienen los indocumentados en el sostenimiento de estos entes territoriales.
El pasado 11 de abril el Cónsul General de México en Atlanta, Ricardo Cámara, se reunió con el Jefe de la Policía de Norcross, Warren Summers “con el fin de fortalecer la relación y los lazos de cooperación para atender a la comunidad mexicana en esa ciudad”. Eso se ve muy bien, suena bien y está bien, ojalá otros cónsules dejaran de calentar su silla todo el día e hicieran trabajos como éste, pero ese no es el punto.
El punto es que, para las personas de a pie, una cosa es que las autoridades se sienten y otra distinta el “peso de la ley” eso no tiene discusión, un retén es un retén y un encuentro entre un oficial de policía y un inmigrante sin documentos es de por sí una pesadilla, en otras palabras no todo lo que brilla es oro.
Beatriz Guerrero una dama mexicana residente en Forest park, se quejaba recientemente ante este medio de comunicación porque dice que el acoso de la policía en la ciudad de Forest Park en el condado de Clayton se vuelve en ocasiones insoportable. Forest Parkway, Jonesboro Road y Moreland, son los sitios preferidos por los agentes, dijo la mujer.
A juicio de Guerrero, por ahí es donde andan más los hispanos y ella ha sido testigo e la forma en los tratan, al menos, eso es lo que ella dice, al tiempo que se queja de que éstos policías son muy bruscos.
Mil veces el departamento de policía de Forest Park se ha reunido con las autoridades extranjeras para mostrarles cómo trabajan, si no estamos mal en la apreciación, fueron el primer órgano policial en crear una academia de policía para la comunidad, en la que personas del común se instruyen y aprenden sobre leyes y el accionar de ese cuerpo armado, pero en la calle, cuando un policía está frente a un inmigrante con o sin papales, la cosa es diferente.
La señora Guerrero, una mujer ya entrada en años, dice que ella es ciudadana y lo corrobora con su pasaporte azul, aun así, dice que un oficial la tomó bruscamente por su brazo, cuando ella trataba de traducirle a otra inmigrante que estaba siendo arrestada lo que debía hacer, porque no le estaba entendiendo al oficial.
Paul Bridges, el alcalde de Uvalda, la ciudad del sur que se ha vuelto popular porque tiene a un mandatario gabacho amigo de los inmigrantes, dijo recientemente que los miembros del concejo de su localidad actuaban de manera descarada cuando aprobaban multas hasta de mil dólares para quienes fueran sorprendidos manejando sin licencia, y que al otro lado de la carretera, la multa solo era de 50 dólares. Negocio redondo.
Para ilustrar un poco más el punto al que pretendemos llegar, hace unas pocas semanas la comunidad latina organizada en un Comité Popular, se dirigió hasta las oficinas del jefe de policía de la ciudad de Doraville, en el condado de DeKalb, el señor John King. La queja era una sola, los constantes retenes en un área de influencia casi 100% latina.
King los escuchó y les dio sus puntos de vista, fue amable como lo es siempre, hizo chistes, se esforzó por dejar salir su origen mexicano y el acercamiento que guarda todavía con aquel país de sus progenitores y explicó detalladamente y sin prisa, el motivo de los retenes los que achacó al movimiento de pandillas que azotan el área y que son una amenaza para la seguridad pública.
En segundo lugar, puso como motivo de los retenes la venta de alucinógenos y de drogas controladas y de paso dijo que muchos paisanos seguían conduciendo luego de haber consumido licor. Eso lo entiende todo el mundo, ese es trabajo de la policía y quienes lo visitaron no tuvieron ninguna dificultad en reconocer la problemática, aunque cuestionaron los métodos de contrarrestarla.
Este pasado domingo 21 de abril, luego de un corto receso, los retenes de la Winter Chapel y la New Peachtree volvieron al escenario en las primeras horas del día, que es una de las quejas de la comunidad, porque a su parecer las pandillas y en general los delincuentes hacen sus fechorías es en las horas de la noche o tratando de ser menos visibles.
Recordando aquella reunión entre la comunidad y el jefe King, uno de sus asistentes le entregó en aquella oportunidad un balance detallado de lo que habían sido los resultados de los retenes a partir del primero de enero de 2013 hasta la primera semana de marzo y llama la atención que lo que menos se ha arrestado ha sido a pandilleros, el principal dolor de cabeza del jefe policial.
Juan Carlos Martínez, uno de los querellantes de Doraville dijo en esa oportunidad que había personas a las que habían arrestados dos y tres veces en esos retenes y que cada multa cuesta 800 dólares, solo por no tener licencia, así las cosas, lo que uno ve a ojo de buen cubero, es que, no solo la “seguridad” tiene un precio, sino que en ocasiones las palabras no compaginan con la realidad.
Haciendo un cálculo sin mayores pretensiones estadísticas, de las 93 personas arrestadas en Doraville entre enero y marzo de 2013 en los consabidos retenes, 46 fueron por conducir sin licencia (42.2%) y 12 por licencias suspendidas (11.6%), lo que equivale casi al mismo delito; 30 fueron arrestadas por drogas (27.9%) 3 por llevar niños sin la debida restricción en sus sillas (2.79%) y 2 por DUI (2.72%)
Nuevamente, si sumamos lo que no son felonías, encontramos que el 56.73% de los arrestados no llenan el perfil criminal que el jefe King dice estar combatiendo por medio de los retenes, y los pandilleros parecen invisibles, pero si le colocamos precio a los arrestos por no licencia a un promedio de 800 dólares por cabeza, las cifras sonríen con más de 45.000.00 en recaudos, en pocas horas y con el menor esfuerzo.
Por eso, no es que seamos pesimistas frente a las declaraciones de escritorio y las señales de buena voluntad y entendimiento, protocolariamente y en política todo es válido y tiene sus razones de ser, hacen parte de un aparato sencillo y a veces complejo que se llama relaciones públicas, con las cuales no se arregla nada, pero si uno no levanta debajo de la alfombra, todo parece que fuera más bonito.