Los primeros 100 días de Trump
Introducción:
Aunque el presidente Donald Trump ha dado un giro en una serie de promesas de campaña, sus propuestas migratorias han procedido, siguiendo rigurosamente las promesas nativistas que formuló como candidato presidencial. Al cumplirse los tradicionales 100 días del gobierno de Trump, queda claro que su administración ha establecido las condiciones para implementar un plan radical de deportaciones masivas centrándose en los 11 millones de indocumentados y no únicamente en los “bad hombres”.
Facilitado y articulado por el Secretario de Justicia, Jeff Sessions, el Secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), John Kelly, sus asesores Steve Bannon y Stephen Miller, y con la complicidad de los republicanos del Congreso, el radicalismo migratorio de Trump se está desplegando con devastadoras consecuencias para los inmigrantes y para todos los estadoundenses: minando más que ayudando a la seguridad pública, dividiendo familias estadounidenses establecidas, y generando caos económico. La agenda de deportación masiva de Trump socava nuestros valores como una nación de inmigrantes y como un rayo de esperanza e inspiración para millones a través del mundo.
Los Primeros 100 días: Hallazgos centrales
El presidente Trump está siguiendo al pie de la letra una de las promesas más consistentes del candidato Trump: la deportación masiva de indocumentados.
El plan migratorio de Trump se centra en todos los indocumentados y no únicamente en los “bad hombres” que la administración Trump enfatiza en su retórica. Trump nunca ha dado marcha atrás a su explícita promesa de campaña de deportar masivamente a todos los indocumentados, como lo evidencian las historias de Maribel Trujillo Díaz y Roberto Beristain. Memorandos del DHS emitidos en febrero admiten que “no se eximirán clases o categorías de extranjeros removibles de la potencial aplicación de leyes”.
Durante una entrevista a mediados de abril en Meet the Press, de la cadena NBC, el Secretario de DHS, John Kelly, argumentó que ICE se está centrando en criminales y (personas con) múltiples condenas, y rechazó que la agencia vaya tras indocumentados sin historial delicitivo. Pero los casos de Roberto y Maribel demuestran que su argumento es falso. Como evidenció el artículo de María Sacchetti en el Washington Post analizando las estadísticas de ICE entre enero y marzo, “los arrestos migratorios de no criminales se han duplicado durante (la administración) Trump”.
La práctica de tener como objetivo a inmigrantes que antes constituían una “baja prioridad” de deportación abordándolos durante interacciones rutinarias con el DHS no es una anomalía, sino un elemento central de la agenda de deportación masiva.
La abarcadora naturaleza del plan de deportación masiva de Trump, incluyendo nuevos mecanismos para la injerencia del Departamento de Justicia en la aplicación de leyes, ha diseminado miedo y caos y está dañando la seguridad pública en general. Desde escuelas que lidian con el miedo a las deportaciones, hasta los efectos en las industrias de viajes, agricultura y construcción, estamos enfrentando las consecuencias y los costos de las políticas impopulares y antiestadounidenses de Trump.
Primeros 100 días: En conclusión
Al llegar a los primeros 100 días, es evidentemente claro que el gobierno de Trump está siguiendo su radical y divisiva agenda de deportación masiva, estableciendo las condiciones para empezar a poner en práctica lo que sería un oscuro y contraproducente capítulo en la historia estadounidense.
Nadie debería dejarse engañar en el sentido de que el gobierno no se está enfocando en los “bad hombres”. El vilipendiar a los inmigrantes es una de las pocas áreas consistentes en la historia política de Trump, desde el discurso de inicio de su campaña vituperando a los mexicanos “violadores”, hasta sus oscuros discursos en el RNC y en Phoenix en la elección general, así como la creación de la oficina de VOICE para dar a conocer delitos cometidos por inmigrantes indocumentados. No debería sorprender que este político y presidente radicalmente antiinmigrante está avanzando en sus primeros 100 días con su cruel, costosa e impopular estrategia de deportación masiva.
Nuestra instancia moral suprema como una nación de gente optimista y esperanzadora está amenazada por una visión terrible de Estados Unidos y de lo que somos. Aunque el despliegue de la agenda de deportación masiva de Trump quedará como un oscuro capítulo en nuestros libros de historia, estamos viendo cómo avanza la resistencia conforme los estadounidenses se ponen del lado de los inmigrantes y de los valores de la nación.
Desde las protestas generalizadas en los aeropuertos para rechazar el veto de Trump a musulmanes, hasta la lucha de legisladores en estados como California para impulsar políticas pro inmigrantes, así como campañas a nivel nacional en favor de inmigrantes como Maribel y Roberto, millones de personas están defendiendo un Estados Unidos que prefiere a las familias unidas y las políticas humanitarias, en lugar de crueles y arbitrarias deportaciones.