Miserables mentirosos

 Miserables mentirosos

Para quienes creían haberlo visto todo: Llegó Trump y los dejó con la boca abierta. Y en ese mismo orden de ideas, lo que antes se destilaba desde los estados, los pueblos y hasta los vecindarios, hoy es voz popular, porque luego de la “post-verdad”, lo que sigue es el desprestigio, la falsedad, la mentira y abuso del poder.

En Georgia no somos ajenos a eso. Cada sesión legislativa, desde los inicios de la década cuando los republicanos llegaron al poder después de 130 años de no ostentarlo, lo que vemos y oímos ya a casi nadie escandaliza, porque cada zarpazo es cada vez más venenoso y cada argumento más falso que el anterior. Para muestra un botón.

En casi todas las pasadas sesiones legislativas, desde que los republicanos descubrieron que su base electoral en la mayoría de los casos era tan ignorante como ellos mismos, decidieron comenzar una campaña de desprestigio contra las comunidades inmigrantes, especialmente la latina, y los ataques más directos, siempre empiezan por los indocumentados.

Con la llegada de Trump al poder, esa campaña de desprestigio, pasó de convertir sus propias mentiras en verdades y las verdades y argumentos de los demás en el objeto de sus ataques, no en vano, el gran odio del nuevo “presidente” hacia los medios de comunicación se exacerba cada vez que le rebaten sus falsedades.

Pues bien, eso es lo que ocurre también en el estado de Georgia. Los republicanos han decidido llevarse entre sus patas a los inmigrantes—incluso aquellos que tienen cierto amparo que proviene del gobierno federal y con sus mentiras tratan de sustentar teorías de conspiraciones que solo existen en sus mentes y que ellos no tienen la menor intención de aclarar.

Una de esas mentiras más reiteradas en los últimos años, es la de que, los inmigrantes indocumentados pueden estar ejerciendo el derecho al voto sin tenerlo o al menos registrándose para hacerlo, lo cual es completamente falso.

La realidad es que, entre la elección general de 2014 y las elecciones presidenciales de 2016, solo cuatro casos de supuesto fraude electoral cometido por indocumentados, fueron investigados; el ciento por ciento de los mismos cerrados sin una decisión concluyente, porque los investigadores no encontraron las pruebas suficientes para encontrar culpables o delincuentes.

Tal como lo exponemos en nuestra nota principal de la página 17, ni los indocumentados ni los muertos cometen el fraude electoral del que los republicanos los acusan, y eso, los hace unos miserables mentirosos frente a sus electores y frente a la comunidad en general.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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