¿Para qué exigimos si no damos nada?

¿Duele?

-Sí, ¡Duele mucho! Pero la verdad es que mientras no salgamos a votar, nadie nos va a respetar, nadie nos va a tener en cuenta, y seguiremos siendo tratados como ciudadanos de segunda, como personas que no merecemos atención, y peor aún como la comunidad a la que nadie tiene por qué deberle nada.

Somos muy valientes en las redes sociales, en las reuniones familiares y con amigos somos los más chingones, y en las urnas de votación, todavía nadie da un peso por nosotros porque lo que sale por nuestra boca, no se equipara a lo que llegamos a hacer con nuestras manos.

¿Eso duele?

-Sí, duele mucho, porque por eso tenemos hoy en día al peor presidente de toda la historia del país. Ello ha permitido que un hombre supremacista con un discurso incendiario y un corazón lleno de odio por la comunidad inmigrante especialmente la latina, despierte todos los días la bestia que muchos como él llevan dentro para salir a agredirnos sin que podamos hacer nada todavía.

Y digo categóricamente que no podemos hacer nada, porque las marchas, las protestas, las cartas, levantar la voz y rechazar el maltrato, son herramientas válidas contra los que se creen superiores a los demás, pero es poco, frente al poder que tendríamos con nuestros votos, y que nos vale madre ejercer, por simple negligencia de nuestra parte.

Duele, que en conversaciones con personas a las que creemos estructuradas, educadas, leídas y entendidas, descubramos que no tienen ni idea de cómo funciona la ciudad dónde viven, ni conozcan la composición de su gobierno estatal o peor aún, quienes son sus representantes y qué diablos hacen ellos a favor o en contra de todos.

Hay personas que han vendido su alma al diablo y renegaron públicamente de sus propias madres cuando tomaron la decisión de seguir a los generadores de odio en contra de su misma raza. Estos tienen claro que votando por sus candidatos republicanos, al menos sino ganan, generan y despiertan odio hacia su propia gente, y aun así van y votan.

Quienes tienen el privilegio de votar y les importa un bledo no hacerlo, son peores que ellos, porque teniendo en sus manos el poder de ser las mayorías se quedan en sus casas viendo como los demás deciden su suerte y más tarde se atreven a preguntar por qué del rumbo que ha tomado el país, y por qué el partido republicano decidió un día sembrar el odio hacia ellos y sus familias.

En los últimos años los esfuerzos por movilizar el voto latino, aunque algunos digan lo contrario, no ha surtido ningún efecto que valga la pena destacar.

En las elecciones pasadas para el distrito 6 que pudo haber ganado sin ningún apuro el joven empresario Jon Ossoff, los votos latinos marcaron la fatal diferencia al no hacerse notar en las urnas.

En las elecciones locales, en distritos que son de influencia netamente latinos, en vez de elegir a candidatos que se identifican con la causa de los inmigrantes, porque algunos de ellos lo son, los latinos no participan, porque tiene la asquerosa manía de no saber nunca nada, y de terminar diciendo que no les avisaron.

De los resultados de estas elecciones primarias, dependen muchas cosas en la vida de los inmigrantes en este estado. Es claro que los candidatos republicanos, casi sin excepción, son un peligro para la estabilidad, económica, política y social del estado, sin embargo, poco hacemos llorando sobre la leche derramada si es que no tomamos el lugar que nos corresponde como ciudadanos naturalizados o de nacimiento, por cambiar el rumbo de las cosas.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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