Políticos despreciables
No hay otra forma de describir lo que la mayoría de políticos republicanos han hecho y siguen tratando de hacer en contra de la comunidad inmigrante y especialmente con los jóvenes que fueron traídos por sus padres cuando aún eran niños, los cuales no decidieron estar aquí en su momento, y es simple y llanamente despreciable.
La política llena de odio que los republicanos han desplegado a lo largo y ancho de todo el país y de la cual no es ajeno el estado de Georgia, debe generar de parte de todos los sectores que se creen y se dicen progresistas las más severas reacciones de rechazo por querer seguir sembrando la división, la segregación racial y fomentar de ese mismo modo la existencia de personas de tercera categoría en medio de una sociedad que de por sí, ya viene cayendo en la decadencia de valores mas rampante de toda su historia.
El pensamiento republicano de estos días, especialmente en Georgia, dista mucho de lo que los conservadores predican que debe prevalecer para la conservación de los valores, la familia, y la sociedad y pasa a ser un simple juego de poderes mezquinos, absurdos y repletos de toda malicia, con el único fin de lastimar y causar el mayor daño posible a una comunidad vulnerable como la de los jóvenes inmigrantes.
La propuesta de ley SB 404 por medio de la cual se pretende modificar el artículo 2 del capítulo 5 del título 40 del código Oficial de Georgia que tiene que ver con la expedición, vencimiento y renovación de licencias para conducir, a fin de eliminar como beneficiarios a los jóvenes que adquirieron la Acción Diferida, mejor conocida como DACA, y dejar sin validez los documentos legales otorgados por el gobierno federal, cuando ellos quieran obtener o renovar sus licencias, es un juego politiquero sucio y de la peor calaña.
Los cinco senadores que auspician el proyecto obvio que buscan no solo los votos entre el público campesino de sus regiones, sino exacerbar los ánimos del odio que en otro tiempo se vertió contra la comunidad afro descendiente, a la cual no solo vejaron, humillaron y asesinaron de manera cobarde sino que negaron por todos los medios hasta que pudieron el acceso a las aulas de las universidades.
Este es el tipo de políticas que hoy reflejan los índices de pobreza, delincuencia, drogadicción, violencia en las comunidades afroamericanas, no porque ellas lo hubieran decidido así, sino porque en su momento, sufrieron de la misma opresión rechazo y animadversión de los mismos blancos que hoy regentan la legislatura estatal disfrazados bajo el manto impune que les da el llamarme republicanos “conservadores”.
Rechazar estas patrañas no solo es deber de todos los sectores sociales y políticos del Estado, sino un compromiso con la historia si es que no queremos que la sociedad que hoy se muestra como beneficiaria de la primera potencia mundial, no se termine de desmoronar más temprano que tarde en las manos de quienes se creen que el mundo es de ellos y los demás vivimos arrimados.
Rechazar con toda vehemencia lo que el partido republicano viene haciendo a nivel nacional con la oposición a la reforma migratoria y la falta de iniciativas efectivas para legislar en lo que realmente le devolverá al país un poco de esperanza en su futuro inmediato, debe ser un principio de quienes en algún momento seguimos creyendo que esta nación no se merece la suerte de políticos que tiene, con mentes tan degeneradas por el odio y sus ínfulas supremacistas, como las que han mostrado los llamados “ultraconservadores” con lo que no han hecho más que desfigurar la cara del país que otrora era visto como paladín de las libertades civiles y humanas.