Por una política migratoria responsable

 Por una política migratoria responsable

Por: Jaime Flórez, Director Hispano de Comunicaciones del Comité Nacional Republicano

Por décadas, en el ambiente político estadounidense existió la creencia de que el asunto que más interesaba a los hispanoamericanos residentes en los Estados Unidos era el que se relacionaba con la inmigración. 

La mayoría de la gente en este país creía que lo único que nos interesaba era saber de qué manera el gobierno de turno y los correspondientes congresos manejarían un proceso de amnistía migratoria, de los que de hecho se aprobaron y ejecutaron varios, o una eventual reforma global de la legislación migratoria, que hasta la fecha no se ha cristalizado ninguna.   

La verdad es que, de un tiempo a esta parte, ha quedado claro que el tema migratorio ha dejado de ser el que mayor atención cobra entre las comunidades hispanas en este país, que pasaron a preocuparse más por los asuntos que nos conciernen a todos los norteamericanos, de una manera general. 

Estamos mucho más interesados hoy en la economía, la educación de nuestros hijos y la seguridad de nuestros vecindarios, que en los asuntos de leyes migratorias. Y eso es lógico, porque es en este país que nos abrió las puertas donde trabajamos, pagamos impuestos, edificamos nuestras familias y educamos a nuestros hijos, y, en consecuencia, hacemos parte del tejido social de los Estados Unidos.

No obstante, en cada familia hispana que vive aquí, hay algún miembro que aún no llega y es natural que nos ocupemos de que existan mecanismos legales para traerlo. Sin embargo, no podemos permitir que ese noble sentimiento se convierta en pretexto para ignorar que existen leyes que es menester cumplir y hacer cumplir. 

Debemos mantener siempre en mente que lo que nos trajo aquí no fue otra cosa que la búsqueda de un mejor futuro para nosotros y las generaciones venideras, y no podemos permitir que actitudes y políticas irresponsables destruyan las estructuras sobre las que se funda ese futuro mejor.

Cuando se habla de inmigración en los Estados Unidos es inevitable que surja la premisa de que esta nación ha sido creada y desarrollada por inmigrantes, y por eso, debe seguir abierta a recibir a todas aquellas personas, de cualquier origen, que necesiten un lugar donde puedan sentirse seguras y protegidas. 

Nobilísimo propósito, sin duda, que a todos nos enorgullece, pero que corresponde a otros tiempos, cuando abundaban la prosperidad y los recursos y podíamos compartirlos con otros necesitados. Pero esos años ya se fueron, y desde hace ya un tiempo comienzan a asomarse por aquí dificultades similares a las que afectan a los países cuyos ciudadanos quisiéramos ayudar. 

Aquí ya hay preocupantes cifras de desempleo, centenares de miles de personas viviendo desamparadas en las calles, y en lo que va de esta administración ha llegado para quedarse una inflación galopante, que ha hecho crecer desmedidamente los precios de los bienes y servicios cotidianos y ha reducido significativamente la capacidad adquisitiva de los salarios. 

Cabe a la administración Biden enfocar sus prioridades hacia la solución inmediata e integral de los serios problemas que nos aquejan, en el plano doméstico. Además de la inflación, hay necesidades urgentes en materia educativa, como las hay en materia de combate a la delincuencia, que en poco tiempo ha crecido masivamente en las grandes ciudades. 

Todo esto debe hacernos pensar que cualquier política migratoria que adoptemos debe implementarse dentro del más riguroso marco de la ley, con un profundo sentido de la responsabilidad y lo más lejos posible de cualquier interés político electoral de efectos inmediatos.   

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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