Secuelas de la pandemia: Regresar a trabajar después de estar retirado
Por: María Isabel Pérez
Todos pensamos en ese momento en que dejaremos de trabajar para gozar de esos años dorados con una pensión que nos permita disfrutar nuestros últimos años de vida.
Quizás muchos piensen en recorrer el mundo, otros tal vez inmigrantes, se decidan a regresar a su país de origen, otros piensen en adquirir esa propiedad cercana a la playa donde piensan pasar temporadas, o hay quienes consideran una parcela en el campo en la que dedicarse para sentirse activos.
Pero en la actualidad todos esos planes se ven afectados por una dura realidad. Si bien es cierto que muchos retirados que ya gozan de una pensión aún se mantienen activos ejerciendo trabajos ligeros, no es el caso de quienes no reciben suficiente y frente a la actual inflación y retos del día a día se ven forzados a regresar a la fuerza laboral de la cual ya pensaban habían salido.
A lo anterior se le suma la pandemia del covid-19, cuyo impacto total aún está por verse. Cientos de pensionados se vieron obligados a regresar a sus puestos de trabajo. Como consecuencia de lo difícil que lo han tenido algunos sectores de la economía mundial, la parálisis total de algunas empresas, fábricas y compañías de servicio, millones de personas perdieran o renunciaron a sus empleos.
De hecho, lo más curioso es que muchos se fueron y no quisieron regresar. Este fenómeno le ha dado la oportunidad a muchas personas de la tercera edad que han decidido regresar al campo laboral, ahora con mejores ventajas.
En el campo de salud, médicos, enfermeras y personal de los centros asistenciales, fueron llamados a ayudar durante la crisis generada por la pandemia.
Leía que un análisis de Magnify Money, que analiza el mercado financiero, el cual revelaba cómo muchas personas de más de 65 años decidieron dejar la inactividad o el retiro y optaron por regresar al trabajo.
Imagino que no fue una decisión fácil. Entiendo que muchos regresaron obligados por los retos de una economía para la que una pensión modesta no es suficiente o por la vocación de servicio que los motivó a dejar la comodidad del retiro y volver a laborar.
Pero muchos retirados han aprovechado la oferta de empleo con mejores salarios, consecuencia positiva que se está evidenciado tras la pandemia, cuando muchos empresarios no encontraban mano de obra y se vieron obligados a ofrecer sueldos atractivos para atraer a personas dispuestas a trabajar.
De esta manera, la realidad ha cambiado. La fuerza laboral está integrada por poblaciones de todas las edades legales para trabajar y cada vez más se integran los pensionados. Esto podría verse de manera optimista, al tiempo que producen, ocupan su tiempo y se sienten todavía útiles y capaces de aportar a la economía.
Se dice que a nivel nacional el número de personas retiradas que se adicionaron a la fuerza laboral pasó al 22%, pero en el caso del estado de Georgia, el 27 por ciento de los pensionados o de mayores de 65 años, aún trabajan, siendo uno de los más altos del país.
Con la mejora en las condiciones económicas, el fin de la pandemia, y los empleos disponibles, poco a poco la gente regresa a trabajar.
En este panorama, solo espero que los pensionados se les reconozca ese aporte invaluable que hicieron a la sociedad y se les permite un mejor retiro o se les mantenga en condiciones dignas en sus puestos de trabajo. Al fin y al cabo, ellos viven sus años dorados.