Si esto no es racismo, dígannos qué es, señores republicanos

En un foro reciente organizado por la universidad estatal de Georgia, varios expertos en el tema legal y político se reunieron a analizar las campañas políticas actuales, sus mensajes, “las propuestas”, los candidatos y el clima que alrededor de ellas se ha generado, pero sobre todo alrededor de algunos candidatos especialmente republicanos.

Uno de los panelistas fue muy hábil en sacar a relucir la triste historia que han escrito los republicanos en el estado de Georgia desde que tomaron el poder absoluto hace ya más de una década, luego de una larga hegemonía de 130 años liderados por los demócratas, muchos de los cuales hoy, calientan toldas republicanas.

Salió el ex senador Chip Rogers, artífice de la propuesta de ley SB529, con la que se pretendía en su parte medular más diabólica, negar incluso el acceso a la salud y la educación a los niños indocumentados, e incluso otra serie de aberraciones que solo a personas que desprecian a otros de su propia raza podría ocurrírsele.

La SB529, se hizo ley hace ya varios años, y Rogers, cobijado por el manto sacrosanto del gobernador Nathan Deal, en su momento elegido uno de los políticos más corruptos del país, terminó su ciclo con un sueldo desorbitante en la radio pública, y luego se fue a donde siempre ha debido estar, a las sombras.

Le sucedió Matt Ramsey, otro republicano blanco extraído del anonimato y vuelto estrella del momento, con su proposición, HB87, también racista en toda su extensión. La iniciativa más cruel que la SB529, buscaba negarle los servicios públicos a los indocumentados, criminalizar a quienes dieran albergue a las familias extranjeras sin documentos y otras medidas dignas de la Alemania Nazi.

La HB87, está en vigor, y Ramsey volvió al lugar sombrío de los cobardes, para darle paso a McKoom, otro hombre blanco republicano, quien ya no teniendo mucho hacer, en cuanto a causar el mayor daño posible a unas familias que no le deben nada, busca herir a los jóvenes con acción diferida, simplemente porque, no le parece que deban compartir con él su mismo territorio.

Ninguno de los argumentos de McKoom para quitar las licencias a los chicos con DACA tiene el menor sentido. Ellos ya tienen un número de Seguro Social, el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, ya tiene su información, incluyendo sus huellas y todos sus datos biométricos, ahora son personas a las cuales se les puede rastrear, saber qué edad tienen, que hacen, dónde viven. Esa es una forma de contribuir a la seguridad de ellos y del país.

Como McKoom ya no tiene el argumento de que, los más de 22 mil beneficiarios de DACA en Georgia no saben quiénes, entonces delira cuando afirma que éstos con una licencia de conducir simplemente pueden ir a votar, a comprar armas y explosivos y quizá provocar un ataque terrorista.

Olvida McKoom, que el terrorismo no solo se ejerce por la vía de las armas y los explosivos, sino también desde mentes retorcidas como la suya, que causan un gran daño en una población cuyo único delito comprobado, es que no tienen ni los ojos azules como él, ni la piel despigmentada como la de él.

Si todo esto no lo hacen los republicanos por racismo, por favor, que alguno de sus seguidores nos diga, según su nuevo diccionario ¿Qué es racismo entonces?