Un buen balance
Casi sin que nos diéramos cuenta, llegamos a las mil ediciones y seguimos contando!
Durante estos diecisiete años en los que hemos transitado este impredecible camino del periodismo en Atlanta a través de nuestro medio de comunicación, hemos tenido toda suerte de experiencias, que van desde aquellas en las que hemos querido gritar a voz en cuello “¿Eli, Eli, lama sabachthani?—como lo hiciera el Señor desde el Gólgota–, hasta aquellos momentos en los que, el testimonio de una sola persona que se ha ayudado con nuestro trabajo, nos ha hecho más que felices.
Sin lugar a dudas, desde aquellos días en los que naciera Nuestro Semanario, liderado por Winston García, hasta pasar por Georgia Latino News cuando ya él no estaba y pasando por la época en la que nos convertimos en El Nuevo Georgia, con María Teresa López (Q.E.P.D) mucha ha sido el agua que ha pasado por el molino, muchos han sido los cambios en la comunidad, las luchas, los triunfos, los reconocimientos y las derrotas, y mucha la tinta que ha corrido, en ese afán por serle útil a nuestra gente y a nuestro modo.
Nunca hemos perdido el sueño por competir con nadie, ni por ser egoístas con ninguno, nuestra premisa ha sido siempre el servicio a los demás, en cuyo ejercicio las exclusivas, las primicias y toda aquella falsa idea de que somos los redentores de causas a las que no nos han llamado, no ha tenido ni tendrá cabida en nuestra filosofía de vida. Cuando hemos tenido que compartir información lo hemos hecho, cuando hemos tenido que buscar y dar apoyo lo hemos hecho.
Estas mil ediciones llegan como anillo al dedo, porque concuerdan con nuestra edición de Navidad y Fin de Año, lo que de por sí es una doble celebración, al despedir éstos, que han sido los 12 meses más inestables de los últimos tiempos, por múltiples razones, entre ellas, la farsa orquestada por el partido demócrata en cabeza del presidente Obama, al anunciar unas órdenes ejecutivas para algunos inmigrantes, a sabiendas que las cortes las iban a detener, hasta llegar a aquellos factores de la tecnología, que nos llevan cada vez más a la era digital, pero para la que todavía no hay un consenso de uso y aceptación general.
Nos debatimos a ese dilema al que nos toca enfrentar con decisión a partir de este año 2016, y es, no solo el empezar de cero hasta vislumbrar nuestras próximas mil ediciones, sino tomar acciones frente a los retos de la era digital sin pasar por alto que el papel, al menos por lo que queda del siglo, tampoco va a desaparecer como muchos lo han vaticinado.
Si bien es cierto, que los medios digitales nos ponen todo al alcance de la mano en menos tiempo, no es menos cierto que eso ha permitido la prostitución de la profesión a la que hoy se añadan componentes como el narcisismo, la improvisación y la desaforada búsqueda de protagonismo dejando de lado el verdadero sentido del periodismo, que es un apostolado al servicio de la información valiosa que busca cambiar y generar cambios en nuestras comunidades.
Damos gracias a Dios, por no habernos dejado contaminar del síndrome de Adán, aquel en el que quienes caen, se creen que antes de ellos todo era oscuridad y por el contrario, nos hemos mantenido en la brecha, haciendo lo que consideramos es necesario para que nuestra gente salga adelante, se eduque, busque oportunidades, se apropie de lo que considera le corresponde y deje de lado la pereza, el desgano y ese espíritu de pobreza y servidumbre con el que muchos han venido, para que lo conviertan en espíritu de libertad, progreso y prosperidad, como alguna vez lograron soñarlo.
Gracias a todos por su respaldo, gracias a todos por su fidelidad…Feliz Navidad 2015, Feliz Año 2016!