Un voto vale más que mil palabras
Seguimos los latinos enfrascados en la misma diatriba de siempre, ¿qué es primero, la opinión o el voto? Todos opinamos, todos hablamos, todos decimos, todos queremos, pocos votamos, en conclusión, poco logramos, casi nada hacemos, nadie nos tiene en cuenta.
Así podríamos resumir un tanto el histórico problema de nuestra comunidad en relación con la importancia de la participación en los verdaderos asuntos y negocios que le interesan a nuestra gente y los que de una u otra manera van a permitir que nos vean, nos escuchen, nos tengan en cuenta, nos respeten y nos incluyan.
El ejercicio del voto por parte de los latinos tanto a nivel nacional como local se hace cada día de una importancia que nunca antes se había sentido y se había necesitado. Los políticos extremistas, especialmente los republicanos azuzados por el Tea Party, buscan sin tregua la mejor manera de aplastar a la creciente e imparable fuerza de los latinos y si no estamos bien parados, nos van a seguir causando demasiado daño.
La Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos y Designados de Estados Unidos –NALEO-, por sus siglas en inglés, pronostica que 7.8 millones de latinos votarán en las elecciones intermedias de noviembre próximo, un 18% más que en 2010, eso a nivel general es un gran paso, cuya ejecución no debemos perder de vista.
En ese mismo sentido, el Centro Hispano Pew, advierte que en las próximas dos décadas, una convergencia de tendencias sociales y demográficas hará que el número de latinos que puedan votar se duplique de 23.7 millones actualmente a 40 millones para el año 2032, una proyección a largo plazo, que debe irse motivando desde ya, para alcanzar esos objetivos.
Mientras tanto, quienes trabajan por lograr mayores registros de votantes, hacen todo lo posible por alcanzar esos nuevos ciudadanos que van surgiendo de entre los latinos, algunos de ellos por naturalización, otros por nacimiento pero en iguales circunstancias, posibles votos que deben ayudar a todos a salir de las sombras, a ser vistos, ser oídos, ser tenidos en cuenta, ser respetados!
La Asociación de Funcionarios Latinos Electos y Designados de Georgia—GALEO, por sus siglas en inglés, ha estimado en más de 184 mil los latinos que están registrados para votar en Georgia. Eso en carta blanca, no es más que el tres por ciento del electorado general estatal.
Pero GALEO, advierte que la cifra parece reducida pero es diciente, sobre todo si se tiene en cuenta que los esfuerzos serios y comprometidos por registrar a los latinos en el estado no son muy antiguos, y que, desde 2008, el electorado latino en Georgia ha experimentado un crecimiento del 26%.
Para el mes de noviembre habrá dos elecciones de vital importancia en el estado, la primera es la que tiene que ver con la gobernación, en momentos en que Georgia está en el lugar número 50 de crecimiento económico y una corrupción galopante en su administración que tiene sus raíces en el primer mandatario.
La segunda, es la silla que deja libre el senador republicano federal Saxby Chambliss, la cual disputará Michelle Nunn y la que a su vez, hace parte de seis curules que el partido demócrata busca ganarse a nivel nacional para aumentar y reforzar su mayoría en Washington.
Los latinos no debemos estar ajenos a estos procesos, porque en ellos se definen asuntos que tiene que ver con nuestra seguridad, nuestra economía, nuestros empleos, nuestra educación y nuestro futuro.