“We don’t talk about Bruno” señora Abrams

 “We don’t talk about Bruno” señora Abrams

Una multitud que enardecida disfrutaba de sus cantantes regionales mexicanos favoritos cuando la fiesta se vio interrumpida por un discurso político, vitoreó la propuesta de la candidata a gobernadora Stacey Abrams de luchar para entregarle licencias de conducir a todos, si es que ella resultaba electa.

            No menos ruidosa fue su avezada disposición de seguir luchando por los “soñadores” para lograr que estos siguieran siendo útiles y productivos a sus comunidades.

            Pero el ambiente no fue igual y la euforia descendió a sus mínimos decibeles, cuando Abrams dijo a renglón seguido, que defendería el derecho de las latinas a abortar y de paso la igualdad de género y todos sus innumerables sufijos que no son, ni tema de interés, “ni son cosas que se hablan entre nuestras familias”.

            En algunas estaciones radiales que solo muelen música regional mexicana las 24 horas al día, el mensaje de Abrams es el mismo y en casi todas las presentaciones, que, por fortuna para ella, han sido muy pocas esta vez, el tema del aborto va de la mano con su bandera de lucha, y no se entiende como es que, nunca se han detenido a observar las reacciones del público.

            Quien esté asesorando a los candidatos demócratas y en especial a la candidata Abrams en Georgia, la ha puesto a caminar sobre un sendero de arenas movedizas donde, cada paso que dé en la misma dirección, no la conducirá a otro lugar que a su inevitable y silencioso hundimiento.

            Quien le esté diciendo a Abrams que no debe redireccionar sus mensajes masivos y peor aún sus discursos frente a la comunidad latina, que es un grupo conservador y en su mayoría se identifica como católico o cristiano no católico, está poniendo en riesgo su elección en las urnas el próximo 8 de noviembre, a los latinos no se nos habla, ni se nos debe ver, ni se nos debe tratar como a los demás grupos, los latinos entienden sus propias formas, y eso, tiene su precio tarde o temprano.

            Para consuelo de Abrams, este no es un mal exclusivo de sus asesores, ha sido una mala política del partido demócrata, que se ha acostumbrado a dar por sentado que todos los latinos les deben algo y por ello se niegan a invertir en la comunidad en gente que realmente conozca a la comunidad.

            En un análisis que la organización America’s Voice hace sobre el mismo fenómeno del tema del aborto y los candidatos demócratas en la región del Valle del Rio Grande de Texas, Rogelio Sáenz, profesor en el Departamento de Demografía de la Universidad de Texas en San Antonio, dice que uno de los factores para que los republicanos tomen ventaja ahí es que “en Texas y especialmente en la frontera y en el Valle hay una población latina conservadora”.

“No es una población liberal que acepte las políticas que están impulsando los demócratas, como el aborto”, explicó, y eso, al final es lo que el partido y sus “asesores” siguen sin entender.

En una de las recientes celebraciones de las independencias de El Salvador y Centro América, una mujer se acercó hasta donde yo estaba y me preguntó si conocía a la señorita Stacey Abrams.

– ¡No!, le respondí, en tono sarcástico. No conozco a la señorita Stacey Abrams.

-La señorita Abrams es una mujer trigueña que aspira a ser gobernadora, me respondió.

Reí por dentro mientras buscaba en mi celular una foto que me había hecho con Stacey Abrams el día anterior, mientras ella grababa uno de sus mensajes televisivos de campaña en el LatinoFest de Gainesville, y le pregunté a mi interlocutora.

¿Te refieres a esta?

¡Oh sí!, me dijo ¿Cómo la conoces?

-No tienes que decir que es trigueña, todos los que la conocen saben que es afroamericana, que es candidata a la gobernación por segunda vez y entre nosotros nadie le llama señorita, ¡es simplemente Stacey!

Es obvio que su asesora de comunicaciones para la comunidad latina, que resultó ser la mujer con quien yo hablaba, ni siquiera sabe desenvolverse entre su propia gente, y ni siquiera sabe cómo presentar la candidata a su propia gente.

Representando solo el 4% del voto total del estado en 2020, los latinos demostraron su poder inclinando la balanza por los candidatos demócratas apoyando abrumadoramente al presidente Joe Biden, sin embargo, no hay que olvidar que alrededor del 27% de este mismo electorado en 2018 dio su voto al ahora gobernador Brian Kemp.

También es bueno recordarles a los asesores de Abrams, que una encuesta reciente realizada por BSP Research en nombre de UnidosUS, la organización de defensa y derechos civiles latinos más grande del país encontró que el 59% de los votantes latinos de Georgia cree que el país va por el camino equivocado y que sus cuatro principales preocupaciones son la inflación, la delincuencia, el empleo y la atención médica.

Entre las familias latinas, los trapos sucios se lavan en casa, distintas son las organizaciones y los activistas que nos han querido arropar con la misma tolda y nos hacen aparecer muchas veces como más liberales de lo que somos.

No en vano y de manera magistral el talentoso Lin-Manuel Miranda, a quien muchos de nosotros admiramos, y el que sin duda no será desconocido para los asesores de Abrams—eso esperamos- decidió de manera acertada en una suerte de iluminación freudiano, incluir en la más reciente producción de Disney “Encanto” al Bruno que en todas las familias sabemos que existe, pero al que está prohibido mencionar.

¡Alguien que por favor le diga eso a Stacey Abrams!

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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