Y la curva no se baja

Estrella dice que ella cree que contrajo el virus en su última convención que tuvo en Nueva York, donde se reunió con decenas de activistas de todo el país, cuando ya se había advertido del peligro de la propagación de este, pero aún no se habían tomado las medidas para controlarlo.

Hoy sabe que muchas de las personas que la acompañaron entre el 13 y el 21 de marzo en ese lugar y de las que se despidió con la esperanza de volverse a ver, algunas ya han fallecido y son quizá una cifra más de esta terrible pandemia que azota en estos momentos a casi todo el mundo.

Aquí en Atlanta empezó a sentirse mal con fiebre muy alta y supo que algo no andaba bien. La primera vez que estuvo en Emory no vieron que se tratara de algo fuera de lo normal y la regresaron a casa, la segunda vez, estuvo 13 horas en observación, mientras vivía en carne propia el drama de otros como ella, hasta que la volvieron a regresar a reposar, pues no estaba en la población de “alto riesgo”

Cuando hablamos por medio del teléfono noto su voz calmada y habla despacio, dice que aun le da miedo perder el control y volver a toser como lo hizo en sus peores momentos cuando llegó a pensar que no saldría de ésta.

“Yo ya sentía que no podía hablar, me quedaba ronca, empezaba a toser…era desesperante” afirma. 

Los tés calientes que sus padres le recomendaban desde México han sido su mejor medicina porque aquí, y por razones obvias, el tratamiento para el Covid-19 aun no existe, solo paliativos que funcionan de manera distinta de paciente a paciente.

Detrás de su testimonio hay detalles que aún no quiere contar y dice que los guardará para cuando regrese a la lucha por los derechos de su comunidad, si embargo recuerda que casi al borde del desmayo cuando esperaba su turno en Emory fue cuando la atendieron.

“Después ya no sé qué pasó”

Otro activista que dio a conocer su experiencia con el virus fue Richar Pellegrino, de la Alianza Pro Inmigrantes del condado de Cobb.

Como algunos de ustedes saben, yo fui uno de los primeros casos en Georgia con el virus, a principios de marzo. Gracias a todos los que me han estado sosteniendo en oración y vibraciones sanadoras…”, escribió Pellegrino días después de haber estado en un coma inducido debido a las complicaciones propias de la enfermedad.

“Definitivamente me ayudó a regresar de un pozo profundo a la cima de la montaña de la luz, mis médicos y mi equipo de atención me dijeron que debía cumplir una misión importante porque estaba tan lejos y regresé”, escribió el activista.

Dos semanas después del primer mensaje, y ya en su casa completamente recuperado, Pellegrino mostró unas fotos de su estadía en el hospital y sus anhelos de seguir en la reconstrucción de un nuevo sistema basado en la equidad y la justicia.

Pellegrino como Estrella, han vivió para contarlo, lo mismo que muchos otros pacientes de Georgia con Covid-19, otros cientos no han corrido con la misma suerte.

“Yo quedé con el trauma de que, no se si estoy en espíritu o en la vida real, porque no he visto a nadie en todos estos días”, dice Estrella Sánchez de la organización Community estrella.

Al cierre de esta edición ya era difícil calcular las cifras oficiales y no oficiales sobre el número de contagiados en Georgia, pero no es exagerado que lleguemos a los 20 mil una semana antes de encontrarnos con lo que los científicos llaman el pico de la pandemia, para empezar entonces a bajar la famosa curva de contagio.

El gobernador Brian Kemp dijo en su más reciente alocución que el laboratorio estatal había procesado más de 5 mil pruebas, y los proveedores comerciales más de 60 mil. 

“A pesar de nuestras asociaciones y progreso innegable, nuestros números de pruebas en Georgia continúa rezagadas. El statu quo es inaceptable, y el Dr. Toomey está presionando a los funcionarios de salud pública de todo el estado para que recolecten más muestras y procesen más pruebas”, dijo el gobernador.

Seguido de lo anterior el gobernador fue claro y dijo que no querían que las personas se presentaran sin previo aviso a un hospital, sala de emergencias o centro de salud para una prueba. Debe comunicarse con su departamento de salud local de antemano para organizar una prueba.

Otra noticia que entregó el primer mandatario es la relacionada con un contrato para construir un centro de atención alternativo en el Centro Mundial de Congresos de Georgia ante un aumento repentino de pacientes con COVID-19. 

Usar 200 compartimentos médicos que no son de una Unidad de Cuidados Intensivos—UCI- y son similares a los cubículos de oficinas grandes, donde se podrá atender a algunos pacientes con enfermedades leves a moderadas y, si es necesario, se puede ampliar rápidamente la capacidad a 400 camas.

También dijo que hace unos días, Piedmont Healthcare anunció una apertura temprana de Marcus Tower para poner en línea 132 camas de hospital, incluidas sesenta y cuatro camas de UCI, para pacientes con COVID-19.

En la actualidad hay 2.617 camas en salas de emergencia, 929 camas de cuidados críticos, y casi 6,000 camas generales para pacientes hospitalizados disponibles en todo el estado. 

Rafael Navarro

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