Selma: 50 años después

 Selma: 50 años después

editorialPor: Kevin Amaya, especial para El Nuevo Georgia

Hace cincuenta años, el 7 de marzo de 1965, activistas de los derechos civiles, exigiendo su derecho al voto, fueron salvajemente atacados por autoridades de Alabama cuando trataban de cruzar el puente Edmund Pettus. El pasado 7 y 8 de Marzo miles de persones incluyendo el presidente Obama y varios líderes influyentes de los derechos civiles se reunieron en Selma, para conmemorar lo que había ocurrido en esa pequeña ciudad de 15 millas, hacía 50 años y su efecto en la historia de los Estados Unidos.

En 1965, la mitad de los residentes de Selma eran afro-americanos, pero, debido a las leyes electorales racistas, sólo uno por ciento de ellos estaban registrados para votar. Esto les impedía servir como jurados o acceder a cargos políticos. No solo en Selma, sino en la mayoría del sureste del país el derecho al voto era restringido a las personas de color por medio de exámenes con preguntas que eran deliberadamente difíciles de responder.

Sin embargo, para los blancos, los exámenes no existían, y eran libres de registrarse para votar sin impedimentos. Luego de que los manifestantes lograron marchar hasta Montgomery desde Selma el presidente Lyndon B. Johnson firmo la Ley de Derechos Electorales en Abril de 1965, permitiendo que miles de ciudadanos tomaran parte en su responsabilidad cívica con la democracia de los Estados Unidos.

En esta conmemoración de Selma, fue explícitamente evidente la falta de diversidad étnica entre los asistentes. Si tuviera que estimar, diría que 90 por ciento de los 40 mil asistentes eran afro-americanos, el 9 por ciento anglo-americanos y el uno por ciento, dividido entre latinos, asiáticos y otros grupos.

Aunque ya conociendo la participación electoral de los latinos, la falta de asistentes hispanos en la conmemoración 50 de Selma, tristemente no es tan sorprendente. El año pasado el centro de investigación Pew realizó un estudio donde determinó que la participación electoral de latinos es la más baja entre grupos étnicos en los Estados Unidos.

Por ejemplo, durante las elecciones de medio término de 2014, un récord de 6.6 millones de hispanos votaron, lo que representa una tasa de participación de 31.2 porciento. Sin embargo más de 14 millones de latinos eran elegibles para votar, y no lo hicieron.

Durante su discurso en Selma el presidente Obama preguntó, “¿Cuál es nuestra excusa para no votar? ¿Cómo tan casualmente descartamos el derecho por el que tantos lucharon? ¿Cómo tan plenamente regalamos nuestro poder, nuestra voz, en la formación del futuro de Estados Unidos?”

Obama más que nadie conoce el poder del electorado latino, ya que varios analistas políticos atribuyen su relección en el 2012 gracias al voto hispano. Hoy en día, las barreras más grandes al voto no son iguales a las que existían en Selma hace más de 50 años. Hoy la barrera más grande es la obtusa noción de que nuestro voto no causará ningún impacto.

Si esa apatía persiste, las razones por las cuales murió el pastor James Reeb, Viola Liuzzo, Jonathan Daniels y Jimmie Lee Jackson en las marchas de Selma serán olvidadas y la democracia en la cual se fundó esta nación se deteriorará.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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