No valieron ni súplicas de sus hijos para ejecutar a mujer de Gwinnett
Apenas iniciándose la madrugada de este miércoles, Kelly Gissendaner fue ejecutado en la prisión de Jackon, al sureste de Atlanta, tras un retraso de cinco horas debido a varias apelaciones fallidas ante las Cortes Supremas de EE.UU., y la Corte Suprema de Georgia.
La ejecución de la primera mujer en 70 años en ser condenada a muerte en el estado, estaba prevista para las 7 de la noche del martes, y se hizo efectiva casi 5 horas después, a pesar de los pedidos de perdón y súplica de sus hijos, quienes dijeron que ya habían perdido a uno de sus padres y ahora tendrían que perder a su madre y eso no les parecía justo.
Las Cortes Supremas de Estados Unidos y la Corte Suprema de Georgia negaron la solicitud de suspensión de la ejecución. Sin embargo, los recursos adicionales se presentaron ante la Corte Suprema de Estados Unidos, pero éstos también fueron negados a la media noche del martes.
La prisión estatal en Jackson, donde fue ejecutada la mujer, está a unas 48 millas al sureste de Atlanta.
Más temprano el martes, la Junta de Indultos y Libertad Condicional negó una solicitud de clemencia de Kelly Gissendaner, una mujer que fue condenada a muerte por un juez de Gwinnett a principios de año, a pesar de las súplicas de sus hijos y del mismo Papa Francisco a través de una carta que fue enviada a la Junta de Perdones.
“Después de considerar cuidadosamente la solicitud de reconsideración, y reunirse con representantes de Gissendaner de nuevo el día de hoy, el Consejo ha votado para que la decisión del 25 de febrero de 2015, se ejecute y niega el pedido de clemencia”, dijo el consejo en un comunicado la tarde del martes.
Kelly Renee Gissendaner, se convirtió así en la primera mujer en ser ejecutada en Georgia en el siglo XXI, luego de que un juez del condado de Gwinnett firmara la su sentencia de muerte. Su ejecución había sido aplazada varias veces por múltiples razones, entre ellas algunas consideraciones legales y hasta factores climáticos en el invierno pasado.
La inyección letal le fue aplicada a Gissendaner la noche del martes 29 de septiembre en la prisión de Jackson, al sur de Georgia, con lo que su caso se cerró luego de 36 años de haberse sucedido los hechos.
La mujer cumplía una condena de cadena perpetua por la muerte de su esposo, la cual ocurrió en 1997, cuando, según los registros, ella convenció a su entonces novio Gregory Owen de asesinar a su esposo Douglas, sin embargo, Owen, ayudó al fiscal de distrito en su caso contra Gissendaner, a cambio de evitar él la pena capital.
Los registros históricos muestran que, Kelly Renee Gissendaner, ha sido la primera mujer de Georgia puesta en el corredor de la muerte desde 1945, cuando en esa época, fue condenada a la pena máxima una mujer negra de apellido Baker, quien fue declarada culpable de asesinato por un jurado blanco en un juicio de un día a pesar de que ella dijo que disparó a su jefe en defensa propia.
Gissendaner era además la mujer número 16 condenada a muerte en todo el país desde que la Corte Suprema permitió que las ejecuciones se reanudaran en 1976. Cerca de 1.400 hombres han sido ejecutados desde entonces, de acuerdo con el Death Penalty Information Center.
Georgia ha dado muerte a 13 mujeres desde 1735, cuando fue puesta en vigor esta condena. Gissendaner es la persona número 35 condenada a muerte por inyección letal en el estado.