El miedo
El hombre que siente miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo.
– Johann Wolfgang von Goethe
Es una emoción que básicamente tiene la función de supervivencia, de dar la alerta sobre posibles peligros que puedan amenazar la integridad física y en este sentido no se puede calificar como algo nocivo, más bien como una reacción beneficiosa que puede llevar a crear medidas de seguridad.
Sin embargo, el miedo ha sido responsable de muchas disputas, desesperaciones, de relaciones conflictivas e incluso de guerras e intolerancia. Incluso muchos líderes se han aprovechado del miedo de las personas para manipular y mantener el control en determinadas comunidades.
Hay miedos que han pasado de generación en generación hasta que alguien por fin decide cuestionar los miedos, correr la cortina para dejar ver que esos miedos tan arraigados no tienen fundamento alguno. Hay miedos que son normales durante la infancia porque es una etapa donde se puede ser muy vulnerable, entonces es normal que los niños puedan sentir miedo a la oscuridad, a estar lejos de los padres, a montar en bicicleta.
A medida que se va creciendo estos miedos se superan, y desaparecen, y pueden aparecer nuevos miedos de acuerdo a la edad, en la adolescencia por ejemplo se puede temer miedo a los cambios del cuerpo, a hacer amigos, a hablar en público, a crecer.
Luego cuando se es adulto, los miedos pueden ser, a tener un compromiso, a ser lo suficientemente autosuficiente y valerse por sí mismos. Cuando se llega a la edad madura los miedos pueden ser a ser saludables, a tener una vejez tranquila. Cada momento en la vida presenta sus propias inquietudes y miedos que pueden ser solucionados, pero se da el caso donde esos miedos se arraigan y la persona puede quedarse estancada y no atreverse a hacer lo que desea por miedo.
El miedo puede generar estrés, paraliza la acción de pensar, puede desencadenar actos violentos, acelera el latido del corazón, puede llevar al pánico, y puede generar enfermedades tantos físicas como mentales.
No existe una fórmula mágica para superar el miedo. Para decirle adiós al miedo primero hay que reconocerlo, sirve encontrar la razón del miedo, el porqué surgió, pero no será suficiente para dejarlo.
El miedo se va cuando se da paso a la confianza, cuando se analiza el miedo basado en hechos, no en creencias, el miedo adquiere una dimensión más pequeña de la inicial. Por ejemplo, si se tiene miedo al agua, a ir al mar o estar en una piscina el tomar clases de natación puede ayudar, el hecho de generar el sentimiento de sentir seguro en el agua, da confianza y el temor desaparece.
Si se tiene miedo a los gatos, el reconocer que son animales domésticos que no causan daño alguno puede hacer no que te gusten los gatos, pero que no saltes la próxima vez que veas uno. El tener miedo a hablar en público, se puede ir superando con la práctica de hablar primero en pequeños grupos y luego en grupos más grandes.
Para dejar ir muchos miedos , en especial aquellos que se han convertido en fobias el buscar ayuda de un profesional puede ser una opción más acertada. Algunas técnicas para superar el miedo que se pueden hacer en casa son buscar un lugar donde te sientas seguro, puede ser un lugar cómodo como la silla preferida, la cama donde puedas sentarte y respirar profundamente por unos minutos y luego hacerse las siguientes preguntas:
¿Este miedo que estoy sintiendo tiene una razón de ser o está basado en algo que no es real?
¿Qué es lo peor que me puede pasar en esta situación?
¿Existe otra alternativa, otra forma en que yo pueda arreglar esta situación que estoy viviendo?
¿Cuáles son las fortalezas que tengo en este momento que me puedan servir para afrontar esta situación?
¿A qué es lo que realmente le temo?