Año 2016
Por: Juliana Henao
Hace un par de semanas participé de una reunión con varias amigas, y durante el tiempo que estuve allí varias personas me preguntaron qué ¿cuáles eran mis resoluciones para este año nuevo?
Me quedé pensando por un rato y me di cuenta que no tenía ninguna resolución especial para este año que viene, y es que desde hace algunos años me di cuenta que las resoluciones de nuevo año no funcionan, en la mayoría de los casos.
Más del 40% de personas en Estados Unidos hacen sus resoluciones, pero tan solo un 8% cumplen su compromiso.
Lo que decidí entonces fue cambiar de estrategia, al fin y al cabo todos queremos mejorar y hacer cambios que nos permitan vivir mejor. Mis resoluciones de año nuevo las tengo como una simple lista pendiente, por hacer en el 2016.
Cambiar el titulo por algo más sencillo me permite ver mayores posibilidades de lograrlo, pero antes de hacer la lista dediqué unos minutos a orar para poner en el papel lo que realmente quiero lograr durante el próximo año y que realmente me conviene.
Luego establecí unas metas por mes por ejemplo en vez de escribir que quiero perder peso, escribí hacer ejercicio mínimo una vez por semana por una hora ya sea tomando una clase de zumba o caminando.
Luego compartí la lista con mi familia, así ellos saben cuáles son mis planes y me motivan a lograrlo. Para resumir, los pasos que me han funcionado para seguir fiel a mis resoluciones de año nuevo son:
– Orar antes de escribir la lista.
– Cambiar el nombre de resoluciones por un nombre que realmente signifique algo, puede ser lista pendiente, lista por hacer. Actividades a realizar en el 2016.
– Escribir las metas de manera tangible que permita tomar acciones diarias, por ejemplo si quiere salir de deudas, podría ser:
No tener deudas al fin del 2016.
Disponer 20% de mi ingreso mensual a pagar mis deudas.
Vivir con el 80% de mi ingreso.
Reducir el número de veces que se come por fuera por diversión.
-Escribir las metas en papel, en el memo del celular, o en un diario. Recuerden cuando se escribe Dios honra la palabra.
-Compartirla con familiares y amigos que pueden servir de apoyo y motivación.
-Creer que se puede hacer y no abandonar el compromiso a la primera dificultad.
-No esperar a que llegue el final del 2016 para hacer nuevas resoluciones, ser flexible cuando se crea que esa meta ya no es importante o no genera felicidad, cambiarla.
Feliz 2016!