¿Policía de Gwinnett no deporta?

 ¿Policía de Gwinnett no deporta?

editorialLa policía del condado de Gwinnett envió un mensaje directo a la comunidad latina en el sentido de que, ese cuerpo de seguridad no “hace cumplir las leyes de inmigración” por lo que les invitó a que denuncien los delitos de que son víctimas, especialmente aquellas mujeres que quizá hubieran sido violadas por un depredador sexual que está en custodia de las autoridades y que al parecer ya ha sido acusado por varias afectadas.

En una nota especial dirigida a los medios de comunicación que atendemos a la comunidad de habla hispana, la vocera oficial de la policía del condado con la mayor población latina de todo el estado, dijo que se le había encomendado llegar a los comunicadores para que trasladáramos a nuestra gente su mensaje.

“Se me ha pedido llegar a ustedes en referencia a la detención la semana pasada de un sospechoso de violación en Buford. Después de hacer más investigaciones, el investigador principal cree que hay muchos más víctimas que no se han presentado”, dijo la vocera de la policía Michele Pihera.

“Sólo buscamos para acusarlo de cualquier crimen que él es responsable. Creemos que la mayor parte de su violencia sexual se produjo en la zona de Buford, pero damos la bienvenida a todos sus inquietudes”

En carta blanca y para ser transparentes el departamento de policía de Gwinnett no tiene ni ha tenido ningún acuerdo–al menos firmado-, con las autoridades migratorias, lo que sí hizo en su momento la oficina del sheriff de ese condado, quien es el encargado de la cárcel. Pero el binomio fue perfecto en la peor época en que a la comunidad se le persiguió so pretexto de que, estaban combatiendo la delincuencia, cuando en realidad se llevaban lanza en ristre a todos aquellos cuyo único delito era manejar sin licencia de conducir.

La señora Pihera hace muy bien su trabajo y sus compañeros oficiales de igual manera, ellos están ahí solo para cumplir órdenes, como la que le dieron ahora para que llamara a los medios latinos, han sido sus jefes, tanto el del departamento de policía como el sheriff los que decidieron en un mal momento, ponerse del lado de las voces anti-inmigrantes e iniciar el macabro acuerdo 287 (g) con inmigración en el 2010, para deportar al mayor número de personas, sembrando el terror entre las familias latinas.

Las cifras no mienten, el pasado 31 de diciembre de 2013 cuando el Departamento de Seguridad Nacional—DHS, por sus siglas en inglés puso fin el programa de cooperación entre agencias policiales locales y estatales y el departamento de inmigración, el cual permitía que personas sin documentos que fueran arrestadas por cualquier delito, menor o mayor fueran puestas en procesos de deportación, la confianza en las policías locales, entre ellas la de Gwinnett ya se había resquebrajado.

Inicialmente ese programa era solo para reportar a “criminales peligrosos”, pero en su aplicación fueron deportadas personas por manejar sin licencia; por caminar en las calles; por pescar en algún lago sin una identificación; por haber sufrido algún accidente en el que ni siquiera tuvieron la culpa, y peor aún, algunas personas que fueron víctimas de un crimen y las policías locales decidieron ponerlos fuera del país.

El programa 287 (g) se inició en 2002 durante la administración Bush y a partir de entonces llegó a conformar 57 grupos de trabajo basados en la cárcel en 21 estados incluido Georgia. Desde el año fiscal 2006, 21.124 personas ya habían sido deportadas o se les ha permitido salir voluntariamente del país en relación con los programas que se aplican en Georgia.

El condado que más personas deportó bajo la figura de la 287 (g) fue Cobb quien desde el año 2007 hasta el 2012 había puesto fuera del país a unos 10,402 inmigrantes, muchos de ellos solo por conducir sin licencia y sin tener ningún delito grave ni representar un peligro para la sociedad.

Por su número poblacional le siguió Gwinnett donde fueron deportadas unas 7,436; le siguió Hall con 1,667 y Whitfield con 1,619.

A comienzos de 2016, oficiales del condado de Gwinnett acompañaron a agentes de Inmigración y Aduanas ICE, en varios operativos donde se llevaron varias personas para ser puestas en deportación, tal como lo detalló Dominga Rivas a El Nuevo Georgia, una salvadoreña a cuya residencia llegaron los policías haciendo parte de los operativos.

Durante los últimos años, el daño que los departamentos de policía le han asestado a sus propias comunidades no ha sido dimensionado aún, pero puede evidenciarse en casos como el de este asaltante sexual, donde los mismos investigadores abrigan fundadas sospechas, de la existencia de más víctimas que no denuncian por miedo a enfrentarse a las autoridades, a quienes debieran ver como sus principales aliadas, pero que terminaron viendo como sus enemigas.

La tarea por hacer en este sentido, es larga y requerirá de mucho tiempo!

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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