Preocupados por la salud mental de la comunidad latina

Por: Rafael Navarro- ENG

“Cuando se comete un crimen muchas veces el oficial que llega a la escena, se enfrenta a una persona, sea la víctima o el sospechoso que tiene alguna condición mental”, afirma el oficial Miguel
Lugo, enlace latino del departamento de policía de Atlanta, organismo que busca cerrar una brecha que reconoce existe y que ha traído en el pasado, relaciones tensas con las personas en general, pero especialmente con las minorías.

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Lugo dice que muchos incidentes han ocurrido, porque el departamento no ha pudo identificar los síntomas o las señales de condiciones mentales, que jugaron un papel fundamental en determinado caso, lo que ha ocasionado problemas y malos entendidos con la comunidad.

“En la ciudad de Atlanta ahora mismo, todos los que se gradúan de la academia de policía, son graduados con conocimiento sobre salud mental, casi la mitad de nuestro departamento, esta certificado en lo que se llama ‘intervención de crisis’ en la que los oficiales saben identificar y brindar ayuda a personas con condiciones mentales”, anotó el oficial.

Lugo, fue uno de la diversa gama de panelistas en la pasada Cumbre Latina sobre Salud Mental, llevada a cabo en Atlanta a instancias del Departamento de Salud y Servicios Humanos y La Administración para Niños y Familias, en la que reunieron más de una docena de proveedores de servicios, entre agencias, entidades del gobierno y organizaciones que trabajan en prevención de adiciones.

El problema

La Alianza Nacional sobre Salud Mental, admite que los latinos son considerados un grupo de alto riesgo para la depresión, la ansiedad, y el abuso de sustancias, y las mujeres y los latinos tienen más tendencia a experimentar un episodio de depresión clínica.

En ese orden de ideas, el predominio de la depresión es más alto en las mujeres latinas (el 46%) que en los hombres latinos (19.6%).

El Common Wealth Fund Survey reveló que las muchachas latinas y la descendencia asiática entrevistadas exhibieron más síntomas depresivos que las muchachas de descendencia africana o de raza blanca.

Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) realizaron un estudio sobre el riesgo de la juventud, y encontraron que un 10.7 por ciento de jóvenes latinos han intentado suicidarse, comparados con un 7.3 por ciento de jóvenes de descendencia africana y un 6.3 por ciento de jóvenes blancos.

Hay índices más altos de enfermedades mentales entre residentes latinos que ya viven varios años o que han nacido en los Estados Unidos que entre inmigrantes latinos recientes.

Lo preocupante de todo esto es que, de los latinos con desórdenes mentales, menos de 1 en 11 contactan a profesionales de salud mental, mientras que menos de 1 en 5 van a centros de salud general.

“Las estadísticas se vuelven más alarmantes entre los inmigrantes latinos con desórdenes mentales. Menos de 1 en 20 inmigrantes latinos utilizan servicios de especialistas en salud mental, mientras que menos de 1 en 10 usan centros de salud general”.

Lo otro que revelan los estudios, es que, las habilidades lingüísticas de los profesionales de salud mental, revelan que hay pocos de ellos que hablen español o sean latinos. Un estudio a nivel nacional reveló que de casi 600 psicólogos licenciados que se encuentran activos y que son miembros de la Asociación de Psicología Americana, solo el 1 por ciento, de esta muestra seleccionada al azar, se identificó como latino.

“Diversos estudios estiman que de un 50% a un 70% de toda la juventud en del sistema judicial juvenil tienen problemas de salud mentales que generalmente son mal o no tratados”, dice, la Alianza Nacional sobre Salud Mental.

El asunto es serio

Pero si la policía de Atlanta, toma medidas con sus oficiales y trata de que el trabajo que hacen sea lo más acercado a sus capacidades profesionales y humanas, no es menos cierto que la desatención en el campo de la salud mental, es un flagelo que solo ahora viene a llamar la atención de los organismos de salud.

“El objetivo de reuniones como éstas, es juntar organizaciones sin ánimo de lucro, agencias del gobierno y proveedores de servicios, compartir información y recursos sobre salud mental de la comunidad latina…”, dice Belisa Urbina directora ejecutiva de Ser Familia, una de las entidades comprometidas con la Cumbre Latina de Salud Mental.

“Esto es muy necesario, porque se trae a todos los proveedores en salud mental y luego crear colaboración entre todos…es una necesidad muy grande, tenemos un problema muy grande porque nuestros niños, tanto como el 43 por ciento de nuestros adolescentes están sufriendo algún tipo de síntomas de problemas de salud metal”, anotó.

Llamó la atención en cuanto al suicidio, y dijo que el índice de niñas latinas que intentaban suicidarse era muy alto.

“Los pediatras dicen que ya no tratan infecciones de oído o garganta, ellos lo que tratan ahora son intentos de suicidio, depresión, desordenes alimenticios y ansiedad, hay un problema muy grande y pocos proveedores” afirmó.

Por el conocimiento que tiene sobre los latinos en Atlanta, y lo que dicen las estadísticas a nivel nacional, Urbina es consciente que la situación migratoria crea una presión añadida sobre la familia.

“Quizá la familia tiene niños que si son ciudadanos americanos, pero sus papás no lo son, entonces siempre va a haber el temor de: qué va a pasar con mis papás, qué va a pasar si los deportan, y se crea un ambiente de presión en la familia que muchas veces desemboca en situaciones de violencia, en situaciones de problemas de ansiedad o depresión producto de esa situación migratoria”.

La salud mental y la salud física son importantes

Para el doctor Alonso Romero, director clínico de la Clínica de Educación Tratamiento y Prevención de la Adicción—CETPA-, por sus siglas en inglés, hay que seguir trabajando para que la comunidad entienda que es tan importante la salud física como la salud mental.

“Estamos tratando de que las familias latinas sean consientes de que la salud mental es tan importante como la salud física, porque creemos que la salud mental es como cosas de loco, pero cuando las familias comienzan a recibir los servicios, se dan cuenta que esto beneficia a los niños en las escuelas, a las madres de familia que están en sus casas, o al padre que está estresado por su trabajo”, dijo.

Romero señala que muchas veces la falta de recursos para campañas de prevención y educación, sobre todo en el idioma que mejor entienden las personas es uno de los cuellos de botella de esto que puede llegar a tener matices de crisis.

“Muchas veces creemos que estamos solos, pero una vez que llegamos a esta redes de ayuda, nos damos cuenta que eso va a ayudar a nuestras familias que son los que necesitan apoyo…”, reconoce.

“Muchas veces le damos muy buena propaganda a lo que necesitamos hacer, pero lo que necesitamos es apoyo de dinero en cuestión de salud mental y hay veces que es difícil…y sobre todo en este momento en que la gente tiene opiniones muy diversas a cerca de los inmigrantes”, concluyó.