Diciembre… época de celebración
Por: Juliana Henao
A través de la historia la humanidad siempre ha buscado momentos para celebrar, y desde hace muchos años atrás diferentes religiones y filosofías han coincidido en que este mes de diciembre es una época de celebración, más allá del despliegue masivo de publicidad de las diferentes compañías, los viajes, las reuniones sociales, las vacaciones, éste es un periodo de reconocer todos los retos que se han vencido a lo largo de doce meses, de reconocer los logros, de reconocer igualmente las experiencias de aprendizaje que se vivieron, de reconocer las personas que estuvieron alrededor brindando apoyo, brindando amor, incluso aquellas que desafiaron y pusieron a prueba la madurez que se ha adquirido. Y es que, si no hay un reconocimiento de todos y cada uno de esos momentos vividos, no habrá posibilidad alguna de valorar. Y cuando no se valora lo que se tiene, lo que se ha logrado, lo que se ha compartido, no habrá ningún motivo para celebrar.
Algunas recomendaciones para celebrar tus logros este diciembre son:
-Primero: selecciona un momento donde puedas sentarte tranquilo sin interrupciones, cierra tus ojos, respira profundo y recuerda los momentos más significativos que has vivido durante este año, los conocimientos nuevos que has adquirido, los cambios que hiciste en tu vida, incluso aquellos momentos difíciles que pensaste por un momento que no podías superar, y que a pesar de todos los pronósticos de que no ibas a sobrevivir, aquí estás vivo, respirando.
Recuerda cada una de las personas que te brindaron una sonrisa, que te abrieron la puerta al ingresar a algún lugar, la persona que amablemente te contestó el teléfono, recuerda también aquella persona con la que perdiste la calma. La que te llevó a tus límites de la paciencia. Luego bendice cada situación, cada momento y agradece porque cada uno de ellos tuvo un significado en tu vida.
-Segundo, valora, todo aquellos que te hizo fuerte, que te hizo vulnerable, que te hizo llorar o reír, porque cada momento te recordó tu humanidad, tu sentido de vida. Quizás hubo momentos donde pudiste haber estado tan confundido que no pudiste ver todo lo que los demás hicieron por ti, o todo el amor que recibiste. Una de las mayores limitaciones de estar en la confusión es que no te permite agradecer y valorar todo lo maravilloso que te rodea.
Cuando reconoces, puedes valorar y entonces es posible celebrar. Tu celebración puede ser contigo mismo o puedes incluir a otros en tu celebración, una idea es mantener una botella de tu vino preferido, o de champagne, para conmemorar esos momentos de celebración, y si las bebidas alcohólicas no son tu preferencia, quizás el té que te gusta más, o un vaso de agua que representa el principio de todo. Otras formas de celebrar puede ser una lujosa cena en ese restaurante que te ha llamado tanto la atención, tal vez un día en un masaje; comprar algo que usualmente no comprarías para ti; invitar a comer unos pasa bocas a tus amigos más cercanos.
Celebrar los propios logros permite que avances, permite que puedas fijarte nuevas metas, permite verte a ti mismo triunfador. Y si después de todo, no encuentras ningún motivo para celebrar solo recuerda de que el hecho de que puedas respirar es suficiente para que todo el universo celebre tu existencia.