Iglesias se ofrecen como santuario a familias inmigrantes de Atlanta


Por: Rafael Navarro- ENG

Claudia Jurado no soportó la presión que sobre ella y su familia venían ejerciendo las autoridades de inmigración, quienes la habían citado para que se entregara voluntariamente y fuera así deportada a El Salvador, su país de origen. Como pudo, rompió las correas que sostenían de su tobillo el dispositivo electrónico de vigilancia que ICE la había colocado y lo fue a enterrar a un paraje hacia el norte donde ella, dijo después, ni siquiera recordaba.

Agarró a sus dos hijos de 3 y un año y sin pensarlo dos veces, pidió refugio en la Misión Católica Nuestra Señora de las Américas en Lilburn. Ese 31 de julio de 2015, se convertía así en la primera persona latina que buscara protección contra una inminente deportación en un centro religioso en el estado de Georgia.

Claudia, había entrado a Estados Unidos el 5 de diciembre de 2014 procedente de El Salvador, acompañada de su pequeño hijo de un año; su esposo Santos Josué Fuertes lo hizo el día 20 con su niña de
3, pero ambos fueron detenidos en la frontera, se les siguió el proceso migratorio regular en estos casos y se les dio un tiempo dentro del país para presentarse ante un juez de inmigración.

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Iglesias Santuarios

Tras las amenazas de deportaciones masivas por parte del gobierno del presidente Donald Trump, varias iglesias del área metropolitana de Atlanta han ofrecido sus recintos como santuarios para familias inmigrantes que estén siendo perseguidas o que se sientan en peligro de estarlo.

Una de esas iglesias es la Primera Iglesia Bautista Iconium en el sur de Atlanta, cuyo pastor Timothy McDonalds, dijo que las iglesias negras, especialmente las bautistas, se identificaban con la lucha de los inmigrantes.

“La Primera Iglesia Bautista Iconium en Moreland, está lista en solidaridad con ustedes. No más deportaciones…”, arengó McDonalds en una manifestación pública frente a las instalaciones de las cortes federales de inmigración y las oficinas de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos—ICE, por sus siglas en inglés.

Otra de las congregaciones que anunció sus intenciones de convertirse en santuario fue la Unitaria Universalista del Norte de Metro Atlanta—UUMAN-, por sus siglas en inglés ubicada en Roswell, esta congregación ya se ha declarado santuario en Denver, Colorado donde asiste a una madre y a sus cuatro hijos desde hace un tiempo.

Algo ético

“Creo que la iglesia hermana de Denver, ya le está dando santuario a una señora y sus cuatro niñas, y eso nos ha motivado para que nuestra iglesia y muchas iglesias hermanas comencemos ya a prepararnos por si acaso llega el momento en tener que darle santuario a algunas familias o a alguna persona”, dijo Guillermo Kulh, uno de los miembros latinos de la congregación UUMAN.

“Primero…estamos viendo como informar a toda la congregación y que se vote para que eso sea aprobado, tenemos una ventana de tres meses para que eso suceda”, dijo Kulh.
Inicialmente dice que están planificando, “¿Qué vamos a hacer? ¿Cómo se va a hacer? ¿Hay peligro? ¿Estamos quebrando alguna ley? y estamos bien armados con todas esas respuestas”

Para este hombre, todas las iglesias deberían estar preparadas para darles santuario a los inmigrantes que lo requieran. “Estamos listos, si algunas personas vienen mañana a solicitarnos santuario la congregación y todo el mundo está de acuerdo, no más que necesitamos hacerlo formal”

“Yo creo que es algo ético, más que religioso, de proveerles santuario”, dijo y recordó que eso fue lo mismo que se hizo durante la esclavitud con los negros que estaban huyendo del sur hacia el norte.

“…mucha gente los apoyó, los guardó en sus casas y los llevó a la seguridad, e igualmente a los que no se querían inscribir para la guerra de Vietnam, estuvieron pidiendo y les dieron santuario en muchos lugares, igualmente a los judíos en Alemania que estaban escapando, muchas organizaciones religiosas ayudaron a toda esta gente a darle seguridad mientras pasaba el peligro”, anotó.

“Un deber cristiano”

Adelina Nicholls, directora ejecutiva de la Alianza Latina por los Derechos Humanos—GLAHR-, por sus siglas en inglés, dice que desde su organización ven con agrado la solidaridad de diferentes grupos y credos religiosos que abren el espacio de sus instalaciones y de sus iglesias para poder en caso necesario, recibir a nuestra comunidad.

“Creemos que, esto es parte de este movimiento nacional y creemos que es un deber, por llamarlo así, cristiano de ayudar al otro y creemos que es una buena iniciativa”.
Confirmó que muchas iglesias se han pronunciado, pero lo importante era definir de qué se trataba el ser santuario.

“Si se trata de proveer comida, alojamiento temporal, un poco de dinero, en caso de que la familia sea víctima de una redada y que necesite la ayuda. Sería el primer, funcionamiento la primera tarea”, advirtió.

Por el momento dijo que la tarea que ellos a través de GLAHR estaban impulsando era que las comunidades pudieran auto defenderse desde sus hogares, y que no se generen las colaboraciones con las policías, ya que la tercera parte de las personas arrestadas por la policía son llevadas a inmigración.
“Es crear todo esto que es la cultura de la resistencia…” añadió.

“Estamos en emergencia”

El sacerdote Jorge Mantilla Cristancho, fundador entre otras de las misiones católicas Nuestra Señora de las Américas de Lilburn y San Felipe de Jesús en Forest Park, dice que hoy más que nunca se requiere una acción pronta y oportuna de la iglesia.

“Porque estamos en una emergencia, es un hito histórico. La historia nunca había sido afectada en contra de los inmigrantes como lo está siendo ahora en el 2017”, dijo el sacerdote.
“A partir del 20 de enero ha habido aquí una serie de ordenes llamadas ejecutivas que son ordenes que están pasando…y están cambiando todo el terreno legal…” señaló.

Describió el papel de la iglesia en general, de la cual dijo tiene un roll profético, y como tal debe estar dispuesta a pagar los riesgos.
“Debemos poner en práctica nuestras creencias…la fe sin obras es muerta” enfatizó.

Criticó lo que es conocido como el centro del círculo bíblico, la tierra de la hospitalidad, como es conocido el sur de Estados Unidos y en especial Georgia.
“¿Dónde está la hospitalidad sureña….? se preguntó.

Acto seguido, dijo que “Estamos ante una amenaza, estamos ante un verdadero nuevo régimen que significa implementar leyes que poco a poco amarran y dejen a las personas inmigrantes sin derechos y sin opciones…”

La iglesia está apática

Mantilla Cristancho aprovechó para criticar las jerarquías de las iglesias, especialmente la católica, de la cual señaló:
“A mí me duele decirlo, pero las directivas de la iglesia católica a nivel nacional son muy claras, muy claras y están en la línea del Papa…”, para significar que no era una iglesia que estuviera tomando acción en algunos campos como el apoyo a los derechos humanos de los inmigrantes.

Al ser interrogado por el papel de la iglesia católica específicamente y su participación advirtió que estaban haciendo “Muy poco, muy poco…es triste, es lamentable, es doloroso, ver la apatía. Por amor de Dios! Yo no entiendo cómo llamarlo, es que esto es un acto de emergencia”.

Llamó la atención de los católicos a los cuales dijo: “Yo les pido por amor de Dios, que este es el momento profético, el momento de dar testimonio con nuestra propia fe, con nuestras propias obras, que, el que está oprimido, que el que está buscando un refugio, que el que está llegando aquí que es emigrante como yo, que soy emigrante, sepa que encuentra en mí, una mano, un amigo, otro hispano, otro latino”.

Hablando para El Nuevo Georgia, el sacerdote Jacques Fabre de la Misión Católica San Felipe de Jesús de Forest Park, dijo que estaban esperando directrices de la arquidiócesis de Atlanta para asumir una postura frente a la situación de los inmigrantes.

El movimiento santuario

El Movimiento Santuario, nació hace 30 años en el sur de Arizona para ayudar a un grupo de inmigrantes centroamericanos, dice la agencia Prensa Ecuménica.
El movimiento comenzó el 24 de marzo de 1982 cuando un grupo de miembros de la iglesia Southside Presbyterian en Tucson anunció al Gobierno de Estados Unidos que estaba dispuesto a violar las leyes migratorias al convertir en un “santuario” su iglesia para refugiados provenientes de Centroamérica, que estaban escapando de los denominados “escuadrones de la muerte”.

Esos refugiados eran parte de un grupo de 26 indocumentados provenientes de El Salvador quienes fueron abandonados por un “coyote” al tratar de cruzar la frontera de Arizona en julio de 1980.
La mitad del grupo falleció víctima del intenso calor del desierto antes de que fueran encontrados por agentes de la Patrulla Fronteriza.

Los 13 sobrevivientes fueron procesados y debido a que eran indocumentados de inmediato fueron puestos en proceso de deportación.
Esta acción atrajo la atención de varias iglesias en Phoenix y en Tucson que se unieron para dar ayuda a los refugiados centroamericanos que si volvían a su país corrían serios riesgos por la violencia de esos años.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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