Jesús habla a las mujeres- “Dame de beber”

“Le era necesario pasar por Samaria”. No era el único camino para ir de Judea a Galilea, pero era necesario que Jesús tuviese un encuentro con una mujer allí, cerca de un pozo, en Sicar. Toda la vida de Jesús era la expresión de su gracia, de su bondad hacia aquellos con quienes se encontraba.

Esta samaritana fue sola a buscar agua. Probablemente era despreciada debido a su conducta. Humildemente el Señor Jesús le pidió un favor: “Dame de beber”. La mujer se sorprendió. El diálogo prosiguió con simplicidad y confianza.

La delicadeza de Jesús para alcanzar su conciencia y su corazón se dejó ver cuando le dijo: “Ve, llama a tu marido”. Estas palabras la tocaron más que cualquier discurso moralizador. “No tengo marido”, respondió ella. Jesús no la condenó, pero la llevó progresivamente a la confesión, a la verdad.

El diálogo no consistió en una conversación superficial, sino que mediante la puesta en evidencia de su situación moral, Jesús iba a transformar profundamente a esta mujer. Quizá nos gustaría quedarnos en el ámbito de las ideas, pero Jesús quiere alcanzar nuestra conciencia, ¡para curarnos!

Poco antes esta mujer estaba sola. Pero ahora, llena de gozo, va por la ciudad dando testimonio de lo que acababa de sucederle. Su deseo era que todos tuviesen un encuentro con Jesús y, por medio de él, encontrasen esa agua viva que ella había bebido.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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