En el centro
La Biblia nos presenta varias ocasiones en las que Jesucristo está en el centro. Veamos tres de ellas.
–Fue crucificado entre dos malhechores, como si fuese el más culpable de los tres (Juan 19:18). Esta posición denigrante traduce el desprecio que los hombres tenían hacia la persona de Jesús, cuya vida había estado llena de bondad, abnegación y compasión ante las desgracias y la miseria que encontraba.
–Después de la resurrección del Señor, sus discípulos estaban reunidos. Algunos de ellos ya lo habían visto vivo. ¿Era cierto? “Vino Jesús, y puesto en medio” (cap. 20:19). Entonces les mostró sus manos y su costado herido, marcas de sus sufrimientos y pruebas de su amor. Él es digno de estar en el centro del interés y del amor de los suyos. Aún hoy, esta promesa de Jesús se cumple: “Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20).
–El Apocalipsis (cap. 5:6) nos presenta al gran Vencedor de la muerte “en medio del trono”. Dios lo resucitó y le dio este lugar central. Aquel que fue tan despreciado, ahora es el centro de la gloria del cielo. Tiene el poder y pronto reinará.
Es importante que hoy sea el centro de la vida de cada uno. ¿Es nuestro Salvador personal? ¿Ocupa siempre el primer lugar en nuestra vida?
“Para que en todo (Jesús) tenga la preeminencia” (Colosenses 1:18).