Presentan informe: “Un Sueño Diferido”
Por: Rafael Navarro- ENG
Las organizaciones sin fines de lucro, Freedom University y Project South presentaron recientemente el informe: “Un sueño diferido” Las Consecuencias de Restringir el Acceso de los Estudiantes Indocumentados a la Educación Superior en Georgia.
El informe de 65 páginas detalla los hallazgos en cuanto a las consecuencias sociales, económicas y de salud mental de la Política de la Junta de Regentes de Georgia 4.1.6, que prohíbe a los estudiantes indocumentados asistir a las mejores universidades públicas del estado.
Y la Política 4.3.4, que prohíbe a los estudiantes indocumentados calificar para obtener tasas de matrículas subsidiadas, independientemente de su residencia en el estado o la presencia legal en los Estados Unidos bajo el programa de Acción Diferida para Llegadas en la Infancia (DACA).
“Aunque he vivido aquí en el estado de Georgia durante 23 años de mi vida, si quiero asistir a una universidad estatal, tendría que pagar de 3 a 4 veces más dinero por año que alguien que se mudó aquí el año pasado desde Alabama”, dijo Raymond Portolan, un joven vietnamita graduado de abogado y que habla 5 idiomas.
“Eso no tiene ningún tipo de sentido para mí”, dijo el joven y señaló que quienes como él no tienen documentos, deben trabajar muchísimo más duro solo para nivelar el campo de juego y simplemente estar en la misma página que todos los demás.
“Creo que, para mí, en particular, he sacrificado una infancia normal y una adolescencia normal y una experiencia universitaria normal porque durante todo este tiempo que he estado indocumentado, realmente me he esforzado por aprovechar al máximo todo y vivir mi vida de la manera más normal posible”.
Las consecuencias saltan a la vista
“La consecuencia más sustancial de la ley y política de Georgia es que desmotivan a los estudiantes, a algunos desde la escuela secundaria, lo que causa un bajo rendimiento o simplemente abandonan la escuela”, dice el informe.
Destaca la investigación que los estudiantes de secundaria realizan un análisis de costo-beneficio en el que, evalúan el posible beneficio se seguir en la escuela o continuar y si eso los conducirá a la universidad y a trabajos mejor remunerados, pero al ver que los beneficios a largo plazo no compensan los costos prefieren abandonare sus estudios.
“Con base en varios estudios de jóvenes mexicanos no ciudadanos en los Estados Unidos, podemos ver el impacto de este cálculo de costo-beneficio, así como la gravedad del daño que crea”, dice los autores del informe.
“Los jóvenes mexicanos no ciudadanos que viven en estados con leyes y políticas como la de Georgia tienen ‘un 49% menos de probabilidades de ser inscritos’ en la escuela que sus pares que viven en estados sin una política explícita”
Así mismo las tasas de deserción de la escuela secundaria para este grupo disminuyó significativamente cuando los estados permitieron a los estudiantes indocumentados pagar la matrícula estatal para universidades públicas, lo que reduce el costo del análisis costo-beneficio.
Otro de los hallazgos advierte que uno de esos estudios mostró un “14% de aumento en la proporción de jóvenes mexicanos no ciudadanos con un diploma de escuela secundaria “y se espera que el impacto positivo crezca a medida que los estudiantes estén “expuestos a la política por un período de tiempo más largo”
Otro estudio citado encontró que un 27% menos de estudiantes abandonaron la escuela secundaria después de una ley de matrícula estatal se adoptó como política.
Georgia entre los peores
“En abril de 2017 Georgia se convirtió en el primer estado en pasar una ley de universidades anti-santuario. Georgia es un estado excepcional para la educación, por otras absurdas razones, tanto por los bajos niveles de graduación, como por sus políticas discriminatorias”, dijo la doctora Laura Emiko Soltis, Directora Ejecutiva de Freedom University.
Sin embargo, el informe afirma que, un mayor acceso a la educación superior no corrige completamente la tasa de abandono de la escuela secundaria para jóvenes mexicanos no ciudadanos. Esto es probable porque numerosas barreras a la educación permanecen, en particular, el enorme costo de la educación, incluso con las políticas de matrícula subsidiada, y el hecho de que los estudiantes indocumentados sin estatus DACA no pueden trabajar legalmente en los Estados Unidos.
Empíricamente el informe señala que la ley y las políticas de Georgia frente a los estudiantes con DACA, envían el mensaje a todos los estudiantes indocumentados de que no tiene sentido que les vaya bien en la escuela o incluso completar la escuela secundaria porque de todos modos no pueden ir a la universidad.
Varios entrevistados, advirtieron cómo la ley desmotiva a muchos estudiantes hasta que no ven razón para estudiar mucho o permanecer en la escuela.
“Dos tercios de los estudiantes con DACA de Georgia, pertenecen a familias de bajos ingresos, una estadística que proporciona al menos un punto de partida para evaluar la razón por la cual, considerando que la matrícula promedio en las universidades públicas de Georgia es tres veces más alta para los residentes fuera del estado, $24,254 frente a $ 8,094,82 la carga financiera es realista e insuperable para muchos”
En ese orden de ideas se estima que cuatro años con la tasa de matrícula sin subsidio esté rondando los $ 100,000 por un título de cuatro años, y esto no incluye ni siquiera los gastos básicos de vida.
“Esto se traduce a casi $ 65,000 en matrículas adicionales que se aplican a un grupo que ya es principalmente de bajos ingresos, con recursos financieros estrictamente reducidos a su disposición y su incapacidad para acceder a cualquier forma de ayuda financiera federal”, se lee en el informe.
“La segregación de los jóvenes en Georgia también es una violación a la ley internacional de los derechos humanos y hace que perdamos credibilidad a nivel internacional”, dijo Azadeh Shahshahani, Director Legal y de Defensa de Project South.
Para poner esto en perspectiva, las cifras más recientes del Centro Nacional de Educación, las estadísticas muestran que solo el 50.9% de los recientes “estudiantes que terminan la escuela secundaria de bajos ingresos” se inscribieron en una universidad de 2 o 4 años, mientras que la tasa de matrícula universitaria fue del 64.7% para los de ingresos medios y del 80.7% para estudiantes de altos ingresos.