La caravana que nadie detiene
El Nuevo Georgia News
La “caravana” de migrantes centroamericanos que se dirigen a Estados Unidos abarca a más de 7,000 personas, dijo el lunes el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Aziz Haq, citando una estimación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), cuya misión es preservar la vida de las personas que salen de sus países por múltiples razones.
“La caravana comprende a 7.233 personas, muchas de las cuales tienen la intención de continuar su marcha hacia el Norte”, informó el portavoz durante su conferencia de prensa diaria, subrayando la necesidad de que sean “tratados con respeto y dignidad”.
En la misma conferencia, Farhan Aziz Haq sostuvo que la OIM y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados se movilizan para ayudar a estos migrantes.
“Durante el fin de semana, el secretario general Antonio Guterres habló con varios líderes sobre la situación de los migrantes centroamericanos y subrayó la necesidad de que trabajen con la OIM y la ACNUR”, aseguró, sin especificar la identidad de los dirigentes en cuestión, dijeron agencias internacionales de noticias.
El martes, Antonio Guterres visitó Washington y se reunió con el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.
“Esta situación debe manejarse de acuerdo con el derecho internacional y con el pleno respeto de los países para controlar sus fronteras”, expresó Haq, y destacando que “los estados de la región deben cooperar para resolver la crisis”.
Después de pasar al menos dos noches en México, miles de migrantes, en su mayoría hondureños, se estaban preparando para reanudar su viaje y tratar de llegar a la frontera con Estados Unidos, a 3,000 km de distancia.
Trump responde con represión
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el lunes 22 de octubre una reducción inmediata de la ayuda a Honduras, Guatemala y El Salvador, acusándoles de no haber sido capaces de “impedir que la gente salga de su país para ingresar a Estados Unidos de manera ilegal”.
Sin embargo, las amenazas lanzadas en los últimos días contra la caravana por el presidente Donald Trump a través de su cuenta en la red social Twitter aumentan la incertidumbre sobre el futuro de los migrantes.
¿Tendrán opción de pedir asilo? ¿Qué ocurriría si intentan entrar a la fuerza a Estados Unidos, como lo hicieron la semana pasada en el cruce fronterizo entre Tecún Umán (Guatemala) y Tapachula (México)? ¿Serán arrestados, encarcelados y deportados?
Las dudas crecen con el pasar de las horas. Este lunes, Trump escribió el siguiente mensaje: “Lamentablemente, parece que la policía y los militares de México no pueden detener la Caravana que se dirige a la frontera sur de Estados Unidos. Delincuentes y desconocidos de Oriente Medio están mezclados. He alertado a la Patrulla Fronteriza y al Ejército de que se trata de una Emergencia Nacional. ¡Deben cambiar las leyes!”.
“Se están haciendo todos los esfuerzos posibles para evitar el ataque de extranjeros al cruzar nuestra frontera sur. Las personas deben primero solicitar asilo en México, y si no lo hacen EEUU los rechazará. ¡Los tribunales están pidiendo a Estados Unidos que hagan cosas que no son factibles!”, dice un Trump, notando un poco de desespero.
Lo que dice Peña Nieto
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, advirtió que los migrantes que viajan en la caravana que no se apeguen a la ley “difícilmente” podrán cumplir su objetivo de llegar a Estados Unidos o permanecer en México.
“Para los que han optado por mantener esta caravana fuera del orden legal hago un llamado respetuoso para que tengan claro que, de mantenerse en esta actitud, difícilmente podrán lograr su objetivo, ya sea de ingreso a Estados Unidos o de permanencia en México”, dijo el mandatario en una Cumbre de Negocios que se desarrolla en el occidental estado de Jalisco, de acuerdo con la agencia EFE.
Peña Nieto añadió que para los miles de migrantes que entraron de “forma abrupta” por la frontera sur no hay “otra vía que no sea la de mantenerse en apego a la legalidad”.
Por qué se vienen
La caravana de migrantes que arrancó el 13 de octubre en San Pedro Sula, Honduras, no se trata de un fenómeno nuevo, ni tampoco será el último, advirtieron expertos a la cadena Univisión.
“Es sólo el principio de lo que está por venir”, dice la antropóloga Amelia Frank-Vitale.
“La caravana es la expresión de un fenómeno social, pero el éxodo de hondureños no inicia con esta marcha ni con la llamada crisis del año 2014. Lleva años”, advierte.
“El costo de vida en Honduras es sorprendentemente alto. Los salarios son muy bajos y el empleo escasea. Para la gente joven, pobre y urbana, no hay forma de vivir, mucho menos vivir bien. Están estigmatizados por la sociedad, criminalizados por el gobierno. No hay suficiente empleo para la mano de obra que existe. Y los pocos empleos disponibles, si uno viene de una colonia (barrio o zona) conocida como lugar conflictivo, ni te consideran para el puesto”, agrega.
“En las zonas más pobladas de San Pedro Sula los jóvenes tienen que lidiar con las reglas internas de las maras y pandillas, y a la vez, tienen que protegerse de la persecución policiaca que sufren las personas jóvenes de zonas conflictivas”, explica la investigadora.