Error dactilográfico
Por: Rafael Valter
Un pastor amigo mío que reside en El Salvador es un siervo incansable y admirable, de recursos limitados quien tenía el sueño de ir a un mundial de fútbol.
Un hermano en la fe lo supo, y decidió hacérselo realidad y le regaló tres boletos de avión y entradas a dos partidos.
Llegado el día de partir, mi amigo llegó al aeropuerto con su esposa e hijo, y cuando hubo que registrar sus maletas la representante de la aerolínea notó que su boleto tenía un error dactilográfico, su nombre no coincidía por una letra con el nombre en el pasaporte, y por esa razón le negaron abordar el avión.
Así pasó en dos dependencias más.
Triste, llamó al que le regaló los boletos y casualmente él tenía un amigo que pudo hacer la corrección, estuvo a minutos de perder el avión y de nunca realizar su sueño.
Asimismo, sucede con el cielo, todos sueñan con ir allá, pero no se dan cuenta que necesitan de un amigo que tenga la capacidad de pagar por su boleto y de escribir su nombre en el libro de la vida y que si Él no lo hace nunca podrán entrar.
Ese amigo es Jesús y Él únicamente escribe tu nombre cuando te arrepientes y le recibes como Señor y Salvador.