Trump no puede lavarse el pelo bien, y el gobierno busca regular las duchas
Esto no es una broma, tiene toda la seriedad de las cosas que puedan rodear al gobierno más poderoso del mundo.
Las recurrentes quejas del presidente Donald Trump sobre la cantidad de agua que necesita al ducharse para mantener su cabello “perfecto” llevaron al gobierno a proponer una flexibilización de las normas que regulan la presión del agua, con el propósito de aumentar la cantidad y la fuerza con que sale de los cabezales de las duchas.
Desde 1992, la ley federal ordena que los cabezales de ducha no viertan más de 2.5 galones de agua por minuto (9.5 litros).
Pero para Trump esto es un asunto personal: se ha quejado de que los accesorios del baño no funcionan a su gusto.
A mediados de julio, en el jardín sur de la Casa Blanca durante una reunión sobre desrregulaciones, Trump señaló: “Así que los cabezales de ducha… te duchas, el agua no sale. Quieres lavarte las manos, el agua no sale. Entonces, ¿qué haces? ¿Te quedas ahí más tiempo o te duchas más tiempo? Porque mi pelo… no sé tú, pero tiene que estar perfecto. Perfecto”.
En diciembre pasado, el presidente dijo que los reguladores ambientales estaban revisando los fregaderos, grifos e inodoros para cambiar las normas destinadas a conservar el agua y el combustible que la calienta.
“La gente está halando la cadena del inodoro 10 veces, 15 veces, en vez de una vez”, dijo entonces Trump en una reunión de líderes de pequeñas empresas en la Casa Blanca.
El departamento de Energía también propuso estándares más sencillos para las lavadoras. La administración Trump dice que sus reducciones reglamentarias ahorran a los hogares estadounidenses un promedio de 3,100 dólares al año.