Amenazas de muerte, acusaciones falsas de fraude y tensión en Georgia
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Con evidencias, como deben sustentarse todas las acusaciones en el marco de un estado de derecho que todavía funciona, tanto el secretario de estado Brad Raffensperger como su gerente de implementación de sistemas de votación, Gabriel Sterling, denunciaron públicamente amenazas de muerte contra ellos y los miembros de su familia, por el trabajo que llevan a cabo en el conteo, supervisión y auditoria de las elecciones así como la certificación al candidato Joe Biden como ganador de la contienda en Georgia.
“Después de certificar la victoria del presidente electo Joe Biden en Georgia, recibí mensajes amenazantes” dijo en Twitter el funcionario, quien agregó que tiene protección policial en su casa debido a las amenazas.
La Oficina de Investigación de Georgia—GBI, está investigando las amenazas y dice en un comunicado: “Estamos en el proceso de investigar cualquier declaración de este tipo dirigida a funcionarios de Georgia para determinar su credibilidad”.
“He tenido múltiples intentos de pirateo de mis correos electrónicos, tengo ahora protección policial en mi casa, por las amenazas. Pero todo está bien…siguiendo la ley, siguiendo el proceso…haciendo nuestro trabajo”, dijo Sterling.
Alguien no quiere los resultados
El secretario de Estado Brad Raffensperger también dijo a los medios de comunicación nacional, que ha estado recibiendo amenazas similares.
Raffensperger dijo que, incluso, extraños han estado merodeando por su casa después de que alguien publicó su dirección en línea.
“Se han implementado medidas de seguridad para que nadie me amenace a mí ni a mi familia”, dijo Raffensperger. Dijo que no le impedirá hacer su trabajo.
“Al final del día, tienes que decidir, ¿vas a seguir la ley o vas a dejar que la gente te asuste para que no hagas lo correcto?” dijo citado por el canal local WSBTV.
El propio Raffensperger, republicano y defensor del presidente Trump, quien perdió las elecciones dijo al canal local, que creen que las amenazas provienen de “republicanos atípicos” que están descontentos de que Trump haya perdido Georgia.
En otros mensajes anteriores, le habían amenazado a él y a su esposa, tratando de que no certificara el triunfo de Biden en el estado.
Por qué los amenazan
La oficina del Secretario de Estado certificó los resultados de las elecciones de Georgia el pasado viernes 20 de noviembre, declarando que los 16 votos electorales del estado serán para Biden.
Biden obtuvo 2,475,141 votos mientras que Trump sumó 2,462,857, según los resultados finales del recuento en Georgia. Biden ganó el estado con un pequeño margen de poco menos de 13.000 votos más que el presidente Donald Trump. Esos resultados se confirmaron después de que se completara un recuento manual, en el tiempo que establece la ley.
Históricamente, Georgia ha sido un estado sólidamente republicano que no había votado por un demócrata desde que eligió a Bill Clinton en 1992. La única otra excepción en la que un demócrata obtuvo su voto fue en 1976 y 1980 con Jimmy Carter, quien es nacido aquí.
Trump ganó el estado por más de 5 puntos en 2016, y antes de eso, Romney ganó a Georgia por casi 8 puntos en 2012. Pero la cambiante demografía de Georgia la ha movido sólidamente a un estado indeciso, convirtiéndola en uno de los 12 estados de campo de batalla para las elecciones nacionales.
El cambio surgió por primera vez en las elecciones de 2016, cuando los condados de Cobb y Gwinnett pasaron de rojo a azul. Dos años después, en 2018, la demócrata Lucy McBath también ganó el sexto distrito del Congreso del estado, volteando el asiento, nuevamente de rojo a azul, en el bastión que alguna vez fue conservador.
A esto se agrega, el margen muy delgado por el cual el republicano Brian Kemp ganó la carrera para gobernador de 2018 con la demócrata Stacey Abrams.
¿Dónde está el fraude?
Trump ha afirmado—sin proporcionar evidencias– que hubo un fraude electoral masivo en Georgia y exigió un recuento de los votos, pero además pide que se expongan las firmas de las boletas electorales por correo, lo cual, ya el secretario de estado dijo que por ley no podía hacerse.
Al cierre de esta edición se llevaba a cabo un segundo reconteo de votos de manera mecánica pedido por la campaña de Trump, ante lo cual, tanto el secretario de estado como el gobernador han dicho previamente que no habrá mayores cambios en los resultados a favor de Trump.
Tampoco las autoridades electorales han podido demostrar que cientos de personas se están mudando al estado para poder votar en las elecciones de enero para favorecer a candidatos de ambos partidos.
“No ha habido ninguna investigación que haya dado como resultado una prueba de esto”, dijo el fiscal Chris Carr.
Sin embargo, se ha presentado una regla que hace que la prueba de residencia sea más estricta hasta una fecha desconocida, y ya que los críticos se preocupan por una posible privación del derecho a voto.
Desde que se confirmó la segunda vuelta de enero, los funcionarios electorales estatales han advertido contra los intentos de trasladarse temporalmente al estado para apoyar a algún candidato en las dos elecciones de alto riesgo.
La Oficina del Fiscal General de Georgia enfatizó que cualquier forma de fraude electoral se considera un delito grave y podría conllevar una sentencia de diez años de prisión y una multa de $ 100,000.
Sin embargo, si el estado pudiera probar algún juego o trampa al sistema, tendría que hacerlo en los tribunales, y la investigación sobre el caso, deberá profundizar sobre el lugar donde el votante vivió realmente durante un período de tiempo no especificado pero significativo.
De cualquier modo, la tensión, las falsas acusaciones y los ríos de dinero en Georgia, seguirán siendo motivo de discusión y preocupación en las próximas semanas.