Padre de niñas fallecidas dice que hará, lo que sería la voluntad de su difunta esposa
Destrozado por el dolor de la tragedia, Melvin Díaz, narra la última vez que vio a sus tres pequeñas hijas, Alexa de 5 años, Ashley de 3 y Daniela de 1 año y medio, horas antes de que un voraz incendio consumiera la vivienda donde dormían con su madre María Isabel Martínez, en la ciudad de Snelville.
“Eran como las 7:15, yo me iba a ir a la iglesia donde me invitan, cuando me dieron mi último beso”, dijo Diaz antes de irrumpir otra vez llanto.
“Ellas nunca me decían papá, ellas siempre me decían mi amor, además me dijeron, te amo mi amor, como que presentían algo…fue cuando me fui”
Díaz, dijo hablando para El Nuevo Georgia, que estaba en proceso de separación con la madre de sus hijas, pero que no dejaba de visitarlas, incluso contó que les estaba construyendo una “casita” para ellas.
Díaz confirmó que en la casa no habían tenido ningún problema que le hubiera hecho pensar que sus vidas estaban en peligro, y que María Isabel tampoco le había contado de alguna anomalía.
El incendio
El mortal incendio había comenzado en la parte trasera de la casa a eso de las 2:20 de la madrugada y algunas personas trataron de entrar y rescatar a la familia, pero el calor y el humo se hizo demasiado denso, dijeron los bomberos de Gwinnett, quienes sí pudieron acceder precisamente por una ventana frontal, extrayendo a dos de las menores, ya sin vida, más tarde encontraron los cuerpos de la madre y otra de sus hijas.
“Yo me desperté porque comenzaron a tocar la puerta, y era la policía, entonces me asomé y ví la casa en llamas, enseguida entré y busqué mi teléfono y comencé a llamarla a ella (a María Isabel) y no me contestaba, y le mandé mensaje por Facebook, pero nunca me respondió”, dijo su vecina y la mejor amiga Yazmina Coria.
“Después como a los 15 minutos llegaron los bomberos, y ellos si entraron y sacaron a las dos niñas, pero ya estaban muertas…” narra mientras intenta contener las lágrimas Coria.
La mujer recuerda que hace a penas una semana las dos salieron a comer, y fue como la despedida, porque su amiga y sus tres niñas ya no van a estar más.
“Las niñas fueron entregados inmediatamente a los paramédicos, pero durante la atención a los pacientes se determinó que los niños inconscientes habían sucumbido a sus heridas”, dijo Donald Strother jefe de los bomberos de Gwinnett.
“Los equipos continuaron registrando la casa y encontraron los cuerpos de una mujer y un tercer niño”.
Los bomberos creen que el incendio comenzó en la parte trasera del remolque antes de extenderse por la casa, aunque la causa exacta sigue bajo investigación.
Luto y dolor
La mañana de este sábado, los hijos de Yazmina, y otros menores del vecindario que asisten a la escuela elemental Anderson-Livsey junto a Alexa, la mayor de las tres víctimas, colocaron ofrendas florales al frente de la residencia donde ocurrieron los hechos y donde todavía, la presencia de las hermanas Díaz, era inevitable.
“Ella quería mucho a sus tres niñas y les comparaba de todo, así ellas hicieron berrinche” Recordó Coria.
Jessica, otra vecina del lugar por últimos tres años, con pesar recordó a la madre como entregada a sus hijas, y a las pequeñas como muy cariñosas. Para ella, aparte de lamentable, todo esto le parece una pesadilla cuando ve parte de la casa reducida a cenizas y recuerda la madrugada que cambio la vida del tranquilo vecindario.
“Nuestros perros comenzaron a ladrar y nosotros nos levantamos, y vimos que algo pasaba en el vecindario, entonces me acerqué a los policías que habían llegado y les pregunté por las personas que vivían ahí y me dijeron que no respondían”, narró la mujer, mientras echa un vistazo a los escombros.
“Les dije que buscaran, que ellos siempre estaban ahí, la mamá, las niñas y el señor”, dijo Jesica, pero cuenta que mas tarde los bomberos llegaron e hicieron el trabajo.
“Yo creo que si los bomberos hubieran llegado más rápido y hubieran tratado de entrar más rápido…pero nadie sabe…”, se consuela ella misma.
Por qué no estaba el esposo
Entre lágrimas, Melvin dice que él estaba separándose de la madre de las niñas, para que ellas “vivieran mejor”.
“Esta era la primera semana, ya yo me había ido, pero siempre estaba pendiente de las niñas”, dijo. En efecto, todavía en la propiedad había vehículos de trabajo, herramientas y otras pertenencias que Díaz aún no había recogido.
Escenas desgarradoras se viven en ambas familias, tanto aquí, como en México y Guatemala de donde eran oriundos la madre y el padre de las menores, y lo que resta por el momento de esta lamentable historia, es repatriar los cuatro cuerpos hasta Veracruz, como hubiera sido la voluntad de María Isabel.
“Ella allá tenia a dos hijos a los cuales también amaba, y yo estoy seguro de que ella estará feliz de regresar…ella daba la vida por sus hijos”, dijo Díaz, refiriéndose a dos adolescentes de entre 11 y 13 años que la mujer había procreado antes de venirse hace 9 años a Estados Unidos.
El consulado de México en Atlanta ha estado al tanto de lo ocurrido y ha ofrecido sus oficios para apoyar a los familiares tanto aquí como en su país, y dos cuentas de Gofundme se han abierto para apoyar en los gastos de velación y repatriación.