Los demócratas deben cumplir en inmigración, pese al NO de la Parlamentaria
La recomendación de la Parlamentaria del Senado de no incluir lenguaje para la legalización de indocumentados en el plan de gastos que se consideraría mediante conciliación es, obviamente, un revés.
Pero eso no significa que los demócratas se crucen de brazos para seguir postergando este tema. Por el contrario, los demócratas que todavía controlan la Casa Blanca y el Congreso, aunque por estrechas mayorías, tienen que ponerse verdaderamente creativos para arribar a algún mecanismo que permita que la mayor cantidad posible de indocumentados obtenga una vía a la ciudadanía.
Hay razones humanitarias, económicas, políticas e históricas para que lo hagan. Hay personas que llevan aguardando décadas para regularizarse y han pasado casi 35 años desde la amnistía de 1986. La legalización supone mayores beneficios económicos para el país. Y políticamente, los demócratas llevan décadas prometiendo una reforma que nunca llega.
El inmigrante que espera esa solución ya está curado de espantos. Los reveses no los detienen en seguir buscando la forma de salir adelante y de seguir funcionando en esta sociedad.
Pero ello no supone que los demócratas que dicen defender los intereses de esos inmigrantes y que durante décadas han contado con el favor político de quienes apoyan a esos inmigrantes por lazos familiares o de empatía, se duerman en sus laureles y otra vez digan “no se pudo”.
La excusa siempre ha sido que la oposición republicana ha frenado cualquier avance; y aunque es cierto, ya hemos repetido hasta el cansancio las oportunidades previas que los demócratas han tenido y han desperdiciado para impulsar este tema.
Lo que nos falta es que al argumento de la oposición republicana se agregue que la Parlamentaria dijo NO.
Esperemos también que, como en oportunidades previas, los demócratas no se paralicen ante la desgastada estrategia republicana de usar a los inmigrantes como chivos expiatorios en año de elecciones.
El NO de la Parlamentaria, el arroz con mango que hay en la frontera con el arribo de miles de haitianos, así como la crisis de refugiados de Afganistán le han dado municiones a los republicanos para seguir vinculando erradamente la inmigración con la criminalidad. Y siempre hay demócratas moderados y conservadores que huyen del tema como el diablo a la cruz para no alebrestar a sus representados.
Con el control de ambas cámaras en juego, como en previas ocasiones, los demócratas evaden temas espinosos y siempre aseguran que, “si ganamos, abordaremos el asunto”. Luego ganan y como siempre estamos en elecciones, esos temas difíciles llevan décadas postergándose.
Y no es solo inmigración. La Parlamentaria hace unos meses dijo NO al aumento paulatino de 15 dólares al salario mínimo como parte del presupuesto. También están las medidas para enfrentar el cambio climático y la modernización de la anticuada y frágil infraestructura del país.
Son temas que apoya la fiel base del Partido Demócrata que elección tras elección acude a las urnas para darles una nueva oportunidad. Es hora de que esos demócratas devuelvan el favor y produzcan resultados concretos, aunque la Parlamentaria diga no. Ella no es una funcionaria electa que se deba a sus representados. Los legisladores demócratas lo son.
En una teleconferencia con activistas proinmigrantes, el senador demócrata de Nueva Jersey, Bob Menéndez, aseguró que el NO de la Parlamentaria fue a una propuesta específica y que hay otras sobre la mesa que se le presentarán prontamente.
Aseguró además que se seguirán explorando las otras opciones disponibles.
Ya veremos.