“Mantén el sueño vivo” El ejemplo que un par de jovencitas como Dulce Guerrero y Estela
Martínez dieron a la comunidad recientemente es digno de aplaudir y de imitar, al poder reunir a unas 200 personas entre padres de familia y estudiantes latinos indocumentados, sin hacer tanto ruido y sin tener otra pretensión que la de dejarles saber que deben mantener sus sueños vivos.
Solo con el nombre del encuentro hubiera bastado porque si de algo estamos deficientes los latinos en estos momentos, es de saber mantener la llama de los sueños viva, para continuar perseverando en el objetivo que a la mayoría nos ha traído a este país cual es el de encontrar la tierra que fluye leche y miel.
Pero Dulce y Estela no se quedaron en el lema de su llamado, ellas, armadas de cifras recientes; de presentaciones, de argumentos, de un dominio de escenario impecable y de esas ganas que solas inspiran hasta al más escéptico, se pararon en la brecha de la desigualdad para decir que aun con obstáculos, la carrera no está perdida.
De acuerdo a lo que las estudiantes expusieron, el camino para que los jóvenes indocumentados sigan sus estudios superiores, no está cerrado, y para ello no solo llevaron estadísticas, sino testimonios vivientes como el de Jessica Belén Rodríguez, que hoy, siendo indocumentada estudia para doctora en una de las universidades privadas más prestigiosas del estado.
Según la información presentada en el estado de Georgia todavía hay 30 instituciones de educación superior, entre colleges y universidades privadas donde los indocumentados pueden acceder a través de programas de becas, si es que ellos así se lo proponen, y solo en los 5 principales centros de educación superior reconocidos, las puertas han quedado literalmente cerradas.
Estas universidades son: University of Georgia en Athens, Georgia Tech, Georgia State University, Medical College of Georgia, Georgia College & State University y la última en entrar en esa lista negra por voluntad propia fue Kennesaw State University, luego del sonado caso de la estudiante Jessica Colotl, arrestada en ese campus por no tener licencia de conducir.
Aunque se sabe que la posición de estas universidades no es ni siquiera por dinero, sino por la directriz de la junta de regentes del estado en negarle la educación superior a los jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo niños, la mayoría de los centros de estudio superior estatales mantienen sus puertas abiertas, aunque con costos más elevados, pero con posibilidades de que se acceda a ayudas privadas.
En este sentido el mensaje de la reunión en la que la emotividad y las lágrimas no faltaron, no fue el de enfocarse en las 5 universidades que han quedado colocadas del lado opuesto de la historia, porque en ellas solo hay 27 estudiantes indocumentados registrados, sino en las 30 restantes, donde el promedio de 64 mil jóvenes latinos graduados de High School y sin documentos, pudieran acceder.
Desde este medio de comunicación que no se mide en incentivar la educación de los jóvenes, la unidad familiar y la importancia de la superación individual y comunitaria, no solo resaltamos el ejemplo de Estela y Dulce por la madurez con la que afrontan el hecho de ser indocumentadas, sino por la valentía de ponerle el pecho a una situación que en muchos hogares ya ha venido calando muy hondo y donde cientos de miles de jóvenes parecen no ver la luz al final del túnel.
Junto a ellas les queremos recordar que no están solos, que deben moverse si quieren llegar lejos, que no va a ser fácil, pero que definitivamente mantener el sueño, Sí se puede!