Su casa fue atacada a balas y ellos cantan alabando a Dios por resultar ilesos
Por: Rafael Navarro-ENG
Alabando a Dios por haberles salvado la vida, es como John Jairo y Liliana García, una pareja de pastores agradecen haber salido ilesos ellos con su familia, luego de que su casa en las afueras de Athens hubiera sido baleada de manera repetida y violenta.
“Lo que sucede es que estábamos en casa, en ese momento armando una litera con mi hija, y cuando escuchamos fue las ráfagas de los disparos”, dijo John Jairo García, quien dice ser un pastor de la Iglesia del Nombre de Jesucristo.
La saña con la que los atacantes dispararon contra la vivienda fue tal, que los proyectiles atravesaron muebles, camas, rompieron elementos de la cocina y pulverizaron una luz de la residencia.
Hay pistas, pero no sospechosos
En el reporte policial, que cataloga este, como un asalto agravado, se lee que el pasado 12 de enero a las 10:28pm una camioneta SUV entra a la subdivisión, dos sujetos con sudaderas y capuchas se bajan y abren fuego contra la residencia; a las 10:29 salen corriendo del lugar y el mismo vehículo los recoge.
“Llevamos aquí casi dos años y medio y gracias a Dios no hemos escuchado nada, ni visto nada, nosotros, por eso es por lo que hemos estado aquí tranquilos…”, dijo García a El Nuevo Georgia.
El reporte policial también agrega, que al menos 8 casquillos 9 milímetros usados fueron encontrados en el lugar y 9 más corresponden a un rifle de asalto.
Los detalles
El oficial que redactó el informe #2022-01120258, dice que el 12 de enero lo enviaron a 567 Rustwood Dr., en referencia a daños a la propiedad.
“La persona que llamó, Paola García, informó al despacho que había 5 agujeros en la casa. También informó al despachador que escucharon sonidos, pero no estaban seguros de si eran disparos. También informó que nadie resultó herido”, dice el oficial Pedro Cortéz quien firma el informe.
“Al llegar a la escena, conduje por el largo camino de entrada de los 2 dúplex. A medida que me acercaba a la residencia, observé un casquillo disparado. Detuve mi vehículo de patrulla y observé más casquillos disparados que llevaban a 565 y 567 Rustwood Dr.”
Afirma que luego comenzó a marcar los casquillos disparados con papel de bloc, al tiempo que vio múltiples agujeros de bala en una ventana que pertenecía a un dormitorio y un agujero de bala en la ventana de la sala de estar.
“También había un agujero de bala en la pared entre la ventana de la sala y la ventana del dormitorio. Un proyectil estaba ubicado justo afuera de la ventana del dormitorio. La bala que atravesó la ventana de la sala de estar entró en la pared compartida entre (las casas) 565 y 567…”
Dice también que “Varias balas entraron por el dormitorio, atravesaron la pared y entraron en el área de la cocina”.
Los afectados
El oficial que atendió el caso dice que la misma noche habló con Liliana y Paloma García. Ambas dijeron que estaban en un dormitorio preparando una cama cuando escucharon fuertes ruidos provenientes del exterior.
“Liliana pudo acompañarme a la ventana del dormitorio que tenía los agujeros de bala, que pertenecía a su hijo Alexander García. Liliana informó que su hijo…estaba en la cocina lavando platos cuando esto ocurrió”.
Mientras tanto el joven, corroboró al oficial que, en efecto, estaba lavando los platos cuando escuchó un estallido.
“Dijo que luego se agachó y escuchó romperse un cristal y pensó que era de la luz de la cocina. Dijo que luego vio la tapa de una olla de vidrio que se hizo añicos y pensó que no fue solo la luz de la cocina la que explotó”.
Vecinos que fueron entrevistados por las autoridades de Athens la misma noche de los hechos, afirman que no vieron a nadie, ni escucharon nada afuera antes ni después de los disparos.
Este es un milagro
“Este es el milagro más grande y contundente que ha hecho nuestro señor Jesucristo”, dice el pastor García cuando entra a su habitación y muestra cómo la habitación de su hijo de 18 años por donde entraron todos los proyectiles quedó perforada.
Uno de los proyectiles se alojó en el espaldar de la silla donde el joven se sienta a tocar su piano, y otro perforó el centro del colchón de su cama, lo que hace concluir, que cualquier persona que hubiera estado en alguno de los dos lugares, al menos, hubiera resultado gravemente herida.
“Nosotros no le hacemos daño nadie, lo que hago por las noches es que salgo a orar por las calles, repartos volantes, y eso es lo que hago, hablar de Jesucristo, invitar a todos los vecinos, a todos los que veo en la calle, decirles que Jesucristo los quiere salvar”, dice García.
“¡El diablo está molesto, al menos eso sabemos, que el diablo está molesto!”, concluye.