Más allá de la deportación
Por: Salomón Manzanares Calero, Especial para El Nuevo Georgia
La migración es un fenómeno social que afecta a Cuba por más de medio siglo, obligatoria y confidente hacia Estados Unidos y Europa.
Miles han salido por diversas disciplinas; artísticas, deportivas, educativas, principalmente en competencias internacionales, además de huidas forzadas por razones ideológicas, que conlleva a una crisis económica derivada de las políticas públicas implementadas por el presidente Miguel Díaz-Canel.
Aunque la migración no es nueva, las dimensiones vistas en el año 2022 son impresionantes. Ello en parte depende de la “voluntad” del gobierno nicaragüense que en diciembre 2021 aprobó libre visado para cubanos, quienes entran a Estados Unidos en busca de legalizarse.
Caso mediatizado es la captura y deportación de los peloteros cubanos Yosvani Ávalos y Alfredo Fadraga desde México, lo cual es dudoso, ya que las autoridades con conocimientos migratorios, no asistieron éste y otros casos.
Para ello, la policía una vez que los retiene, no los remiten a la Comisión Mexicana para Refugiados COMAR, que en su misión define “defender las necesidades de los refugiados extranjeros en territorio nacional…también efectuar de manera eficiente y expedita los procedimientos, cesación, cancelación y revocación de la condición de refugiados, entre otros”.
Por lo tanto, por oficio puderon presentarse otras oportunidades para que se quedaran en México, así como lo hace con otros casos en el Centro de Detención Siglo XXI, Chiapas, donde centenares esperan una resolución migratoria.
Todo migrante viaja por necesidad, busca protección o seguimiento particular. Pero sabiendo que la policía detuvo a los peloteros y mi cercana experiencia, imagino qué pudo haber ocurrido. Nadie va a desertar a ciegas en un país donde también se trasladan delincuentes.
Para todo ser humano la deportación es frustrante, puesto que trunca el sueño de libertad, además se torna traumático cuando el gobierno receptor los lleva hasta su casa, son fotografiados y hacen firmar a un pariente, supuestamente por seguridad, entre otras medidas coercitivas para “desertores”.
En segundo plano, quedarán las quejas de Amnistía Internacional, por este hecho, igual la investigación “estricta del protocolo” que siguió la policía según promete el Secretario General del Gobierno de Aguascalientes, Enrique Morán, pues ahora ya no tiene asidero cuando los deportados no podrán salir del país.