Ser optimista es una cosa, hacerse el tonto es otra…
El protocolo dice que debemos despedir los años viejos con optimismo, no porque precisamente nos haya deparado lo mejor, sino porque los nuevos comienzos traen consigo sus propias esperanzas, sin embargo, ese no parece ser el caso esta vez, cuando lo que se espera para el 2011, es un poco más de lo mismo, y eso ya es para preocuparse.
Durante el 2010 no solo hemos podido apreciar el detrimento del gobierno del presidente Obama sumido en la completa ineptitud desde todo punto de vista, sino el ocaso de su partido de gobierno, El Demócrata, que de ahora en adelante deberá comenzar a rediseñar sus estrategias de lucha para no quedar más arrinconado, desprestigiado, diezmado y golpeado de lo que ahora se encuentra.
Y no es que el partido Republicano esté mejor, es simplemente que haber asumido una posición como la de ellos, de negarse a trabajar para su propio pueblo, de alguna manera les resultará caro con el paso de los años.
Así las cosas, con una economía en franco declive, un desempleo que no quiere bajar del 10%, a pesar de que el gobierno de esfuerza en decir que es menos, y las esperanzas cada vez más lejanas de una recuperación en todos los niveles, el 2011, no pinta para nada esperanzador.
En materia de seguridad, el país nunca ha estado más inseguro que ahora y en eso este gobierno no ha tardado en reconocer sus deficiencias, y no se diga de posibles maneras de ataques en contra de la población o de interés del país, sino que, dentro de los mismos organismos del estado la filtración de informaciones de carácter confidencial, han sido la comidilla de los últimos meses, gracias a WikiLeaks.
No se diga en materia de inmigración, donde finalmente ha quedado al descubierto no solo la gran mentira y el engaño de que fue objeto la comunidad latina, por parte del presidente Obama en primera instancia, secundado por su partido demócrata, sino el juego de las organizaciones latinas, que sabiendo de estas mentiras, nunca presionaron debidamente para que tanto Obama como sus correligionarios cumplieran sus promesas.
Los 38 demócratas que no votaron por el Dream Act, hace escasos días, son una muestra de que, el tema migratorio no solo es saboteado por los republicanos, sino por esa mano de hipócritas solapados detrás del partido de gobierno, que salen a los medios de comunicación a buscar el voto de los latinos y a sus espaldas les clavan puñaladas de ese calibre.
Un estado de Arizona polarizado en cuanto al tema de los inmigrantes y las mentiras que sobre el mismo destilan los “supremacistas blancos” y uno que otro negro perdido en su pasado; estados tratando de seguir este triste ejemplo, ciudades que se vuelven hostiles como las de las Carolinas y la misma Georgia, forman un panorama que nadie debe desconocer.
Y hablando de Georgia, los vientos pronostican serias tempestades desde la oficina del que será el próximo gobernador a partir del primero de enero del 2011. Nathan Deal, uno de los políticos más corruptos, controversiales, racistas y cuestionado por su dudosa forma de hacer dinero a través de legislaciones impulsadas por él mismo, pinta ser uno de esos dragones del apocalipsis con decenas de cuernos y miles de frustrados republicanos seguidores de sus posturas de odio hacia los inmigrantes.
Con el nombramiento de su ya triste célebre comisión de 14 senadores, los que tendrán a su cargo hacer una ley como la de Arizona, pero blindada contra demandas, lo mismo que seguir impulsando medidas de represión contra la comunidad inmigrante en general, independientemente de si tienen o no papeles, esta se perfila como uno de los huesos más duros de roher en el 2011.
Más triste célebre es esta comisión, si se sabe que David Casas, un maestro de escuela bíblica ultraconservador, de origen cubano, hace parte de la misma, contradiciendo los propios mandamientos de Jesús en los que ordena amar a los extranjeros como él lo fue, mientras estuvo en la tierra, y peor aún, siendo Casas también un extranjero que ahora es acogido justamente para causarle daño a la gente de su mismo origen.
Amanecerá y veremos…felices fiestas de todos modos, mientras se pueda!