Tráfico humano de mujeres

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Por: Cipriana Rincón, especial para El Nuevo Georgia.

Las mujeres son en gran mayoría no solo las víctimas de tráfico humano sino también las victimarias; ¿suena macabro verdad? ¿Cómo es posible que algunas mujeres puedan abusar, usufructuar y subyugar a su propio género; Incluso a mujeres y niñas de su propio país?

Según estudios de Organismos de las Naciones Unidas la delincuencia de mujeres asociada a este delito es desproporcionada y sucede porque antiguas víctimas se vuelven victimarias y así escapan de sus captores.

Los abusos sin fin no paran y es el mundo que estas personas viven posiblemente sin opción de escapar o esperanza de salir y de liberarse.

Como mujeres y como madres, las hispanas que vivimos en Georgia podemos ayudar y cambiar el destino de muchas niñas y jóvenes que están siendo abusadas en este mismo momento en nuestras ciudades.

Cuando vinimos a este país tuvimos la oportunidad de progresar, de vivir con dignidad y educar a nuestras hijas; de inculcarles valores y de trazar un futuro mejor para ellas. Lamentablemente este no es el caso de cientos de niñas y jóvenes que llegan a Atlanta y tienen que vivir los horrores del abuso sexual, abuso sicológico o abusos físicos, afrontarlo todo sin apoyo de una madre, de una familia o de una mano amiga…

Y saben ustedes ¿quiénes son en parte los responsables? Son personas que viven en nuestra comunidad, son aquellos que utilizan los servicios sexuales de estas víctimas forzadas y los que pagan a sus captores el dinero que sirve para enriquecer a estos traficantes de seres humanos que abusan de nuestras niñas latinas; que las traen, que las fuerzan a venderse, que las esclavizan…

Ese dinero señoras es el que sigue perpetuando este delito. Ese dinero que se paga destruye a la joven y aniquila a la niña que algún día tuvo un sueño; probablemente el sueño de ser madre, maestra o doctora.

Estas niñas victimas sin sueños están aquí, cerca de nosotros, gritando por ayuda y no las escuchamos; sus súplicas para que cesen sus tormentos, sus clamores por volver a casa, no se escuchan…

Así, cómo es posible que mujeres victimicen a otras, hay otra clase de mujeres trabajando por detener este delito, mujeres que ayudan a las víctimas, mujeres que quieren restaurar los sueños de las niñas y las jóvenes que no tienen esperanza. Únete para detener el crimen de tráfico humano acércate y ayuda a tu propio género; Defiende a otra mujer.

Para reportar casos de Tráfico Humano, llame a Tapestry: (404)299-0895 (404) 299-0885; 1-866-37-3733, tendrá asistencia en español.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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