Jurásicos republicanos
Ni súplicas, ni encuestas, ni sondes, ni ruegos, ni la misma razón le valió a los dos senadores republicanos federales por Georgia Saxby Chambliss y Johnny Isakson, para que emitieran un voto favorable al mal llamado por nosotros los medios, “proyecto de reforma migratoria”. Eso corrobora una vez más que a los republicanos en su mayoría, ancianos caducos les vale una tira arreglar los problemas del país, y anteponen siempre sus intereses personales.
Dos encuestas recientes entre los electores de Georgia daban un claro respaldo de los georgianos al plan que contiene entre tantas otras cosas, un alivio migratorio a algunos millones de inmigrantes, en estos momentos sin documentos. En un primer sondeo un 34% estaba totalmente a favor de ese plan. En otro sondeo ese estimado llegaba al 61%.
Pues bien, demostrado hasta la saciedad ha estado en este debate que cuando la maquinaria republicana se une en torno a la defensa de sus intereses, es mucho el trabajo que debe hacerse aunque poco se logre, pero con dos o tres que entiendan que el país no se pude seguir manejando como cuando el arco iris era en blanco y negro, habremos hecho una gran labor, por eso es que las organizaciones siguen insistiendo en que las oficinas de esos políticos retrógrados, deben inundarse de llamadas abogando por un plan que reforme el sistema de inmigración del cual ellos mismos han dicho no sirve para nada.
En una declaración pública el senador Isakson dice de manera descarada que votó en contra del proyecto, porque, aunque sabe que las actuales leyes migratorias no funcionan, el plan de los ocho no aseguraba lo suficiente la frontera como para él estar seguro de que esa iniciativa era la correcta.
A renglón seguido advierte el septuagenario político que “él seguirá trabajando en un plan de reforma migratoria que si asegure la frontera”
Algo más sínico que esto no se le puede ocurrir a más nadie sino a un dinosaurio que todavía se cree viviendo en el período jurásico, que la gente viene al mundo porque los trae una cigüeña y que los pajaritos pueden nacer de sus madres por cesárea. Esa es la clase de políticos que no solo son la mula muerta en la mitad del camino, sino el peor indicio de que el partido al que pertenecen o hace un cambio generacional o se sigue quedando anquilosado en la craza ignorancia de quienes ahora lo conducen.
Con razón Jerry González, director de la Asociación de Funcionarios Latinos Electos y Designados de Georgia—GALEO, por sus siglas en inglés, decía que los senadores Chambliss y Isakson se encuentran entre la minoría de senadores que se oponen al paso de la histórica ley de reforma de inmigración que prevé el camino hacia la ciudadanía para los 11 millones de personas indocumentadas y promueve la prosperidad económica.
“Los georgianos apoyan abrumadoramente esfuerzos para arreglar el sistema de inmigración que sería un catalizador para el desarrollo económico de nuestro Estado, pero nuestros senadores nos fallaron hoy”, dijo el activista decepcionado por la posición mezquina de los “lideres” republicanos.
“Da pena enterarse que nuestros dos senadores de aquí de Georgia no hayan visto la importancia de este proyecto y se hayan dejado llevar por una comodidad política, era el momento de ponerse los pantalones bien ajustados”, dijo el representante estatal Pedro Marín, al respecto.
Lo cierto de todo esto es que, hay una ola de vejetes republicanos que se resisten a dejar el poder mientras le causan un daño irreparable a su país, consecuencias que sin duda pagarán sus nietos y futuras generaciones, cuando deban enfrentarse a una nación resentida, dividida todavía entre blancos y los otros despreciables, destrozada en su médula y con las secuelas de un pasado que les perseguirá hasta que las malas influencias de acciones como las de Chambliss y Isakson ya no hagan parte de su memoria colectiva.